Isabel II y su pasión por la velocidad: su secretaria desvela la cara más desconocida

Isabel II y su pasión por la velocidad: su secretaria desvela la cara más desconocida

En 2017, durante una de sus acostumbradas estancias de Balmoral, Isabel II se disponía a revisar su agenda en su salón, pero antes quiso ver con su secretaria Samantha Cohen la cesta que, como cada mañana, había llegado de los jardines del palacio. Ese día, la reina observó que una mariposa había saltado de su interior para posarse sobre su libro. Entre las dos intentaron atraparla. “Fue muy gracioso, ella se reía, yo me reía, finalmente la atrapó, abrimos la ventana, liberamos la mariposa y ella dijo: ‘Bien, ¿dónde estábamos?’ Ella era muy juguetona. Simplemente nos divertimos”. Esta es solo una de las anécdotas que recoge hoy Cohen en su entrevista con “The Sunday Times”, suficiente para hacerse una idea de la verdadera personalidad de Isabel II y el grado de complicidad con la mujer que estuvo a su servicio durante 18 años.

Es su primera entrevista para este periódico británico y coincide con la inminente salida de Carlos y Camila a Australia. Sus recuerdos son entrañables, pero también los que la Casa Real guarda de ella. La primera que Cohen vio a Isabel II fue en el verano de 1977, en su localidad australiana de Brisbane. La reina celebraba su Jubileo de Plata y, a su paso, la joven agitaba la bandera que había hecho ella misma. Ella era aún una niña, pero recuerda que aquello le pareció lo más extraordinario del mundo.

Casi 25 años después, respondió a un anuncio en PR Week para unirse a la oficina de prensa de la reina el Palacio de Buckingham. El puesto fue para ella y allí se quedó durante18 años, ascendiendo de rango hasta convertirse en secretaria de comunicaciones de la monarca y, más tarde, en su secretaria privada adjunta. Como agradecimiento a su lealtad y a los servicios privados, fue nombrada comandante de la Real Orden Victoriana por la Reina Isabel en el Palacio de Buckingham en 2016.

El trayecto australiano previsto por Carlos III y Camila lo recorrió ella tres veces con Isabel II. En 2002, 2006 y 2011. Cuando le preguntan por su trabajo junto a la reina, lo define con pocas palabras: “un vínculo único y muy respetuoso”. “No había favoritos. Sentí que mi trabajo era hacerle la vida lo más fácil posible”. A cambio, dice, “la reina fue una jefa increíble” e hizo todo lo posible por el bienestar de la familia de su asistente.

Cohen almorzaba y cenaba a diario con la reina y el príncipe Felipe cuando ella estaba de servicio en Sandringham, Balmoral o Windsor, y recuerda que su acento australiano le encantaba al marido de la reina. “Sandringham era un lugar encantador porque nos dieron una cabaña, así que podíamos llevar al perro. Nos hicieron sentir muy bienvenidos, como si fuéramos parte de sus vidas. La reina era increíblemente amable y nos daba todos los regalos de Navidad, escribiendo a mano las etiquetas”. A menudo la reina sorprendía a sus tres hijos cuando, a primera hora de la mañana, pasaba a caballo por delante de su casa.

“A la reina le encantaba que las familias se lo pasaran bien y escuchar lo que hacían todos”, cuenta Cohen en su entrevista desvelando esa faceta cercana que pasa desapercibida cuando se habla del carácter sobrio de Isabel II. En 2016, el único hijo varón de Cohen, Thomas Halle, que entonces tenía 11 años, sirvió como uno de los pajes de la Reina en la apertura anual del Parlamento.

Cohen la describe como “una persona tímida” que apreciaba la privacidad y el refugio de Balmoral. “Quería ser una mujer de familia. Era importante para ella”, dice. “Le encantaba recibir a todo el mundo durante el verano, asignar las habitaciones y revisarlas ella misma”. Recuerda también esa conocida pasión por la velocidad al volante que dejaba a sus pasajeros con los nervios a flor de piel. “Era valiente. Conducía sus coches a toda velocidad por Balmoral”.

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