La selección ha cumplido con el objetivo que se marcó en el primer partido de este nuevo parón y ya lidera su grupo de la Liga de Naciones después de derribar el muro de Dinamarca. Los daneses llegaron a Murcia con las ideas muy claras y estaban encantados con el empate hasta que llegó el gol de Zubimendi. Es el primer tanto con la selección de un pelotero impresionante al que no vemos más con España porque es el sustituto del mejor del mundo en su puesto. Ahora, con la lesión de Rodri, es el momento del futbolista de la Real Sociedad y lo ha empezado a aprovechar.
Es un alivio, además de un factor que da para presumir, que ante las lesiones importantes que está sufriendo España, los jugadores de reemplazo sean tan fiables como lo es él. No sólo da la talla a nivel individual, también consigue que el equipo juegue a lo mismo sin perder la identidad.
La nota negativa la puso Lamine Yamal, obligado a dejar la concentración y perderse el partido ante Serbia de mañana, por las patadas de Kristiansen, que reconoció sin cortarse su intención de parar al joven talento español por lo civil o lo criminal.
Ahora, lo más sorprendente de esta concentración del equipo nacional ha sido escuchar a Luis de la Fuente quejarse por su actual situación contractual con la Real Federación Española de Fútbol. No es que le falte razón, pero debería ser el primero en saber que ante la vergonzosa actualidad que rodea el organismo rector del fútbol español, donde nadie quiere limpiar las cañerías y la pretensión es que el organismo siga funcionando de la manera tan oscura como lo ha hecho siempre, su contrato no lo puede cambiar nadie.
Es más, los actuales dirigentes, aunque pudieran, no deberían firmar a un entrenador por mucho que haya ganado sabiendo que hay un presidente nuevo por llegar en un plazo cercano. Serán él y su nueva junta directiva quienes, cuando tomen posesión del cargo, se encarguen de firmar al entrenador por el que apuesten y le ofrezcan el salario que crean correspondiente.
