Corea del Norte se encuentra en la fase final de los preparativos para el envío de tropas de sus fuerzas armadas regulares a Ucrania en apoyo a Rusia, lo que evidencia una creciente colaboración militar entre ambos países. Esta afirmación fue realizada por el ministro de Defensa surcoreano, Kim Yong-hyun, quien subrayó que el reciente acuerdo bilateral firmado por el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente ruso, Vladimir Putin, que incluye una cláusula de defensa mutua, constituye un indicador significativo de la profundización de sus vínculos estratégicos.
Durante una sesión parlamentaria, el funcionario surcoreano destacó que la firma del tratado mutuo entre Corea del Norte y Rusia se asemeja a una alianza militar, lo que hace plausible la posibilidad de un despliegue inminente de tropas norcoreanas en el conflicto. Asimismo, se refirió a informes sobre bajas norcoreanas en una zona ocupada por Rusia cerca de Donetsk, sugiriendo que estas afirmaciones podrían estar respaldadas por evidencias concretas. Según el rotativo Kyiv Post, citando fuentes de inteligencia, seis oficiales norcoreanos habrían fallecido y otros tres resultaron heridos en un ataque ucraniano con misiles el pasado 3 de octubre.
A pesar de la relación histórica que ambos han mantenido desde la era soviética, el fortalecimiento de los vínculos con la aislada dictadura norcoreana ha emergido como una prioridad para Moscú, especialmente tras su creciente aislamiento internacional tras la invasión de Ucrania en febrero de 2022. En este contexto, un acuerdo militar firmado en junio de 2024 entre ambas naciones representa un avance significativo en la consolidación de su «alianza estratégica integral». Este ambiguo pacto indica la disposición de Pionyang para apoyar las iniciativas de Moscú, incluso a expensas de sus propios recursos humanos, como lo sugieren los recientes informes sobre la supuesta pérdida de oficiales norcoreanos en el frente de combate.
Al parecer, Rusia ha obtenido munición de artillería crítica de los arsenales norcoreanos, lo que refuerza su estrategia de bombardeo con artillería pesada en Ucrania. El jefe de los servicios de inteligencia ucranianos ha señalado recientemente que, en este contexto, Corea del Norte, y no China o Irán, se ha convertido en el aliado más crucial de Moscú en su esfuerzo bélico. Según estimaciones del Ministerio de Defensa surcoreano, el Norte ha enviado al menos 10.000 contenedores marítimos, lo que podría equivaler a hasta 4,8 territorios. Precisamente, Kyiv anunció este miércoles que había atacado un depósito de armas ruso en la región fronteriza de Briansk, que almacenaba material y municiones, incluyendo armamento suministrado por Pionyang.
En el contexto del intercambio de recursos, Putin estaría ofreciendo divisas, alimentos y posiblemente tecnología de misiles a su aliado norcoreano. Este flujo de asistencia tiene implicaciones significativas para la estrategia económica interna de Kim, orientada a fomentar el desarrollo en las zonas rurales mientras se centraliza el control económico en las élites del Partido de los Trabajadores. Esta dinámica no solo refuerza la posición del líder supremo, sino que también podría redefinir las estructuras de poder y los enfoques económicos dentro del régimen hermético.
Esta renovada amistad no solo permite al Reino Ermitaño expresar su apoyo al Kremlin, sino que también le brinda la oportunidad de acceder a estos futuros beneficios económicos, intercambios tecnológicos y respaldo diplomático en el contexto de las sanciones internacionales. Asimismo, informes no confirmados sugieren que Rusia podría estar involucrada en el desarrollo de un submarino nuclear norcoreano. La posibilidad de que Pionyang obtenga capacidades nucleares adicionales, plantea serias implicaciones para la estabilidad en la región, al tiempo que podría intensificar las tensiones con sus vecinos, así como con Estados Unidos.
Por otra parte, analistas apuntan a que la participación de Kim en el prolongado conflicto ofrece a sus fuerzas armadas una valiosa oportunidad para adquirir experiencia directa en tácticas de combate modernas empleadas en Ucrania. Este despliegue les permitiría familiarizarse con tecnologías innovadoras, como el uso de vehículos aéreos no tripulados, sistemas avanzados de misiles y estrategias de guerra cibernética, que podrían resultar cruciales para la actualización de sus capacidades militares. Además, los conocimientos obtenidos en este escenario tienen el potencial de ser incorporados en las doctrinas militares norcoreanas, fortaleciendo su habilidad para llevar a cabo operaciones asimétricas y defensivas frente a adversarios con superioridad tecnológica.
Así pues, parece que la estrategia norcoreana se enfoca en dicha adquisición de conocimientos tácticos y técnicos, al tiempo que evita un despliegue masivo de tropas que podría resultar en condenas internacionales o en la implementación de sanciones políticas. Esta aproximación cautelosa le permite respaldar a su aliado sin comprometerse abiertamente, manteniendo así una cierta distancia que minimiza el riesgo de repercusiones negativas en el ámbito global.
Este contexto se produce en un momento de elevadas tensiones en la península coreana. Pionyang ha intensificado sus provocaciones, enviando globos cargados de desechos y excrementos hacia el sur, mientras que un acuerdo militar intercoreano, concebido para minimizar el riesgo de enfrentamientos involuntarios, ha fracasado.
Asimismo, el Ejército norcoreano anunció el miércoles su decisión de implementar una «medida militar radical» para aislar completamente su territorio del sur, tras varios meses de fortificación de su frontera altamente militarizada. Este aviso sigue a una notable reversión de la política de Kim, quien a principios de año abandonó su enfoque de búsqueda de una reunificación pacífica con Seúl. La medida implica el cierre total de las carreteras y vías férreas que aún conectaban a ambas naciones, bloqueando el acceso a lo largo de la frontera y marcando un nuevo regreso a la hostilidad entre los eternos enemigos.
