Sánchez busca ingresar 60.000 millones más en impuestos para un ajuste fiscal de 42.000

Sánchez busca ingresar 60.000 millones más en impuestos para un ajuste fiscal de 42.000

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez prometió durante su última comparecencia en el Congreso que «no va a haber recortes» en el plan de equilibrio fiscal que España presentará a la Comisión Europea con más de un mes de retraso. Sánchez explicó que en ese plan figurarán compromisos de responsabilidad de gasto y nuevas inversiones para el futuro cercano que garantizarán que no haya recortes. Y lo hará con la amenaza de elevar cuatro puntos la presión fiscal para ingresar 60.000 millones más para poder cumplir con los compromisos con las nuevas reglas fiscales y, como dice, no relajar el gasto.

A falta de conocer este plan que el Gobierno debe publicar esta semana, la AIReF ha calculado que España tendrá que realizar un ajuste de algo más de cuatro décimas de PIB en los próximos siete años –lo que serían unos 6.000 millones al año, para un total de casi 42.000 millones–, lo que implica que el gasto no podrá crecer más del 3%. Si en lugar de plantear un plan de ajuste a siete años, el Gobierno decide elaborarlo en base a un periodo de cuatro años, esto supondría un ajuste anual aún mayor, del 0,63% –de unos 9.000 millones–.

Serían prácticamente las mismas estimaciones del Banco de España, que apuntan a que, para cumplir con Bruselas sería necesario implementar un ajuste presupuestario de medio punto del PIB al año durante siete años, aunque este programa acarrearía un menor grado de dinamismo de la actividad que el contemplado actualmente.

A las puertas de arrancar el primer ciclo presupuestario bajo las nuevas reglas fiscales en la Unión Europea –que limitan el déficit y la deuda públicos de los países– lo hará con muchas dudas: sin conocer el plan presupuestario español o sin tener claro el rumbo de la economía francesa, que cerrará este año con un desfase superior al 6% del PIB, el doble de lo exigido por la Comisión Europea.

Los Estados miembros tienen hasta el 15 de octubre para mandar sus borradores presupuestarios de 2025 a Bruselas, los primeros que tendrán que elaborar con el nuevo marco, y el nuevo Ejecutivo galo que lidera Michel Barnier ha prometido que embridará las cuentas públicas, y el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ya ha tenido que reconocer que el Gobierno español retrasará la presentación del borrador presupuestario para 2025 más allá de la fecha prevista, aunque en esa fecha sí remitirá el plan fiscal estructural a medio plazo, que determinará la senda de ajuste presupuestario para los próximos años. Algo es algo.

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