El desconocido y bonito pueblo dentro de un Parque Natural en el que Elsa Pataky está rodando su última serie

El desconocido y bonito pueblo dentro de un Parque Natural en el que Elsa Pataky está rodando su última serie

Hay numerosos rincones de España ideales para rodar películas o series. Una productora internacional ha elegido uno de ellos para rodar la última serie de una de nuestras actrices más internacionales, Elsa Pataky. Y es que un bonito, pero no tan conocido pueblo de la provincia de Zamora, dentro de un Parque Natural está acogiendo durante estos días el rodaje de “Matices” de SkyShowtime, que nace de la colaboración entre Secuoya Studios y
Stellarmedia, llegará en unos meses a la plataforma y en ella, la actriz se
pondrá a las órdenes de Sergio Cánovas en la dirección.

“Matices” trata de adentrar al espectador en la historia de seis
pacientes que se reúnen en una apartada bodega para completar el tratamiento de
un reconocido, excepcional y carismático psiquiatra, convertido en una
eminencia en su campo gracias a su famoso y particular método. Su logro es que,
según parece, registra un altísimo porcentaje de cura entre los pacientes más
complejos y difíciles de reconducir. Sin embargo, tras una insólita cata
ceremonial, sucederá un fatídico hecho que dará un giro inesperado a los acontecimientos,
virando este viaje emocional a una investigación criminal con múltiples
implicaciones. Un intuitivo teniente de la guardia civil se hará cargo del caso
y descubrirá la verdad de los traumas de los pacientes.

 

El reparto también incluye a un selecto grupo de estrellas,
como Maxi Iglesias (‘Valeria’, ‘Los Artistas’), Enrique Arce (‘La casa de
papel’), Hovik Keuchkerian (‘Reina Roja’, ‘Antidisturbios’), Juana Acosta (‘La
templanza’, ‘Crematorio’), Fariba Sheikhan (‘La unidad’, ‘El secreto de Puente
Viejo’), Miriam Giovanelli (‘Nacho’, ‘Velvet’), Eusebio Poncela (‘Merlí. Sapere
aude’, ‘Águila Roja’), Raúl Prieto (‘La chica de nieve’, ‘4 estrellas’), Luis
Tosar (‘Los favoritos de Midas’, ‘La ley del mar’).

Pues la impresionante villa está ahora revolucionada con la
llegada de tantas estrellas de cine. Esta preciosa localidad zamorana es Fermoselle.
La historia de este municipio, según asegura la página web del propio Ayuntamiento,
se remonta según los registros a la Edad del Bronce, desde que surgen los
primeros asentamientos, han pasado diferentes pueblos y culturas que han dejado
su huella en nuestra Villa. Fermoselle ha sido hogar de una reina destronada,
testigo de las luchas de poder entre el clero y la Corona o último baluarte de
los Comuneros en las tierras de Castilla y León, entre otras cosas.

Se cree que Fermoselle nace de un asentamiento prerromano
datando de más de dos milenios de historia, según hallazgos encontrados se sabe
que las tierras estuvieron habitadas en la Edad del Bronce y en la Edad del
Hierro. Los Romanos llegan a Fermoselle y construyen la vía de comunicación que
comunica Zamora con Fermoselle conocida como la Calzada de Zamora.

El paso de los Romanos, deja paso a la llegada de los
Visigodos primero y posteriormente a los musulmanes quienes dejarían su huella
y alguna leyenda que habla sobre tesoros que estos dejaron escondidos en
algunos puntos del término municipal.

La primera mención que conocemos en un texto histórico data
de 1161, en el fuero de Ledesma al delimitar el Concejo, se cita el lugar de
‘Mizena’ (en la actualidad Murcena), en la confluencia del Tormes en el Duero.
Unos años más tarde, en 1.182, se cita a Fermoselle en un documento sobre el
número de clérigos que hay en la Villa.

El Papa Alejandro III anula el matrimonio entre Fernando II
y la reina Doña Urraca por motivos de parentesco. En ese momento la reina, se
ve obligada a salir de la Corte y se instala en la fortaleza de Fermoselle. En 1.205, el monarca Alfonso IX concede al obispo Martín la
diócesis de Zamora y “todo lo que al rey pertenecía en la Villa llamada
Fermoselle, con su castillo y pertenencias, excepto los doce postores sujetos
al fuero del Concejo de Zamora”. Alfonso IX concede al Concejo de
Fermoselle la Carta Foral y la Villa pasa nuevamente a ser regida por el
Concejo de Zamora. Alfonso X “El Sabio” concede el poder de la Villa
al obispo Suero y pasa nuevamente a ser regida por el clero. El Concejo de
Zamora en un principio cede al clero el poder sobre sus postores y más tarde
recula y ataca la Villa de Fermoselle para recuperar el control.

La llegada a la diócesis zamorana de Pedro II hace que el
monarca Sancho IV, vuelva a entregar al clero «el Castillo de Fermoselle y la
Villa con todos los derechos» a condición de que hicieran cumplir siempre la
voluntad del rey.

 

En 1468 nace Juan del Encina en la Villa de Fermoselle,
considerado iniciador y patriarca del teatro español. Con el obispo Acuña,
involucrado de lleno en la Guerra de las Comunidades, el castillo y la Villa de
Fermoselle se convierten en el principal centro militar del obispo y una de las
más importantes fuentes de hombres para el bando Comunero. Tras la batalla de
Villalar en el que el bando Real aniquila al bando Comunero, los supervivientes
emprenden la huida hacía Portugal a través de tierras zamoranas siendo el
castillo de Fermoselle el último refugio de los Comuneros antes de cruzar la
frontera. Tras la Guerra de las Comunidades, el emperador Carlos V ordena
destruir el Castillo como represalia por el apoyo al bando Comunero así como
las murallas. Tras esto, se sabe que ambos elementos quedan en un estado
deplorable que se irá acentuando con el paso de los años.

El 23 de abril de 1523 Carlos V concede a la villa de
Fermoselle el privilegio de celebrar corridas de toros. Según la documentación
encontrada, a mediados del siglo XVI existen minas de hierro y oro en las
cercanías del municipio.

En 1822 tras algunos intentos frustrados de restaurar el
Castillo debido al estado ruinoso en el que se encuentra, la Diputación de
Zamora da permiso a algunos vecinos para desmontar lo que de él quedaba y
emplear sus piedras en nuevas edificaciones. Aún hoy en día se pueden ver
algunas de esas piedras de sillería en algunas viviendas.

Tras la reestructuración provincial de España, se procede a
la creación de los partidos judiciales y Fermoselle es encuadrado dentro del
Partido Judicial de Bermillo de Sayago lo que provoca ciertos recelos siendo
Fermoselle uno de los municipios que lidera la tensión llegándose incluso a la
hostilidad entre ambos pueblos y a negarse en la colaboración de la creación
del partido. La denuncia de Bermillo de Sayago ante la situación logra
reconducir la situación y finalmente Fermoselle y el resto de municipios acatan
la decisión.

En 1894 la filoxera, grave enfermedad de la vid hace
estragos en Portugal, desde allí salta el Duero para acabar con los viñedos
fermosellanos acabando casi con la totalidad de la producción de vino tan
tradicional en Fermoselle.

La epidemia sigue su expansión por la provincia de Zamora
donde los daños son cuanto menos igual de graves. No obstante, Fermoselle actúa
rápidamente y repone sus viñedos con una variedad de vid americana y durante
años se convierte en el centro de producción vinícola de la provincia mientras
intenta reponerse de la desgracia.

En 1927 los gobiernos de España y Portugal firman un acuerdo
para regular el reparto del aprovechamiento del Duero Internacional en dos
sectores, a raíz del cual se empezará a construir una red de presas y embalses,
hoy conocidos como los Saltos del Duero.

Atractivos monumentales

Plaza Mayor

Típicamente, la Plaza Mayor es el punto cero de las visitas
turísticas, aquí podremos encontrar el Ayuntamiento y la oficina de turismo. La Plaza Mayor posee un gran encanto y constituye el centro
de la vida de Fermoselle. También es centro neurálgico y monumental del
municipio. Una vez nos situemos en la Plaza Mayor, destacarán ante nuestros
ojos dos edificios. Por un lado la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y
por otro el propio edificio del Ayuntamiento.

Durante el mes de agosto, se convierte en protagonista
absoluta de las fiestas de San Agustín. Los edificios de su perímetro se
convierten en pilares de la plaza de toros donde terminan los encierros
taurinos, contando con un escenario para celebrar diferentes actividades como
verbenas, muestras de baile tradicional, concursos, degustaciones
gastronómicas, etc.

Una vez terminan las fiestas, la plaza de toros que se
construye completamente en madera desde hace más de cien años, es desmontada
para devolver la vista a su estado original.

Castillo

Situado en el casco histórico, en las cercanías de la Plaza
Mayor, fue construido sobre los farallones de tal modo que facilitaba la
defensa de la localidad. Los peñascos sobre los que se asienta son conocidos como las
«Cachas del Culo», por la forma que tienen. Para contemplarlos se puede acceder
desde la CL-527, que rodea el municipio aunque su acceso es complicado por la
pendiente que existe, los paredones que hay que salvar y la vegetación.

 

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción

La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción es una
construcción con planta de cruz latina singular, con orígenes en el siglo XIII
y estilo románico, que ha sido a lo largo de los tiempos objeto de numerosas
transformaciones y ampliaciones, conservando elementos y características de
interés de cada momento histórico. De su primitiva construcción se conservan su muro sur y el
hastial, de granito, en los que se abren sendas portadas de arcos apuntados
decorados con molduras, hojas, cabezas, rosetas, etc.

La principal remodelación fue en tiempos de los Reyes
Católicos que introdujo nuevos elementos góticos y renacentistas. De su
primitiva obra románico-tardía han subsistido sus dos portadas principales: la
occidental, de estilo transición románico gótico, sobre finas columnas
rematadas con capiteles vegetales avolutados, despliega tres arquivoltas
apuntadas y molduradas con rosetas.

La meridional, de idéntico estilo a la anterior es más
interesante aún, queda cobijada por un pórtico posterior o cabildo, presentando
también tres arquivoltas abrazadas por una graciosa chambrana en la que se
disponen diecisiete cabecitas humanas.

A principios del siglo XVI se añadió un bello atrio a la
puerta sur con bóveda de crucería, al tiempo que se realizaron los arcos
góticos que atraviesan la nave central. La torre del campanario, de cinco cuerpos, destaca por
encima del caserío fermosellano también data del siglo XVI pues se conservan
los primeros pagos de la misma datados en 1566 y terminada en 1588.

 

En el interior se conservan un conjunto de bienes muebles y
retablos de interés singular, que por su vinculación al inmueble, se incorporan
a la declaración de monumento. Durante el siglo XIX la parroquia hubo de
aportar diferentes bienes tras la espoliación francesa que llevarán a cabo
soldados del ejército invasor de Napoleón.

Guarda varios retablos barrocos, diversas esculturas de los
siglos XIV y XVI, piezas de orfebrería y ornamentos sagrados. Dignos de mención
son el Cristo Yacente Articulado y el Cristo de la Agonía realizado por el
escultor José de Robles en el siglo XVII, la otra Imagen de valor es la
Asunción, tallada a comienzos del siglo XVIII.

También se puede observar una reja que hace de linde en el
púlpito hecha en 1609 por Juan de Sepulveda. Cuenta además con un magnífico
órgano del XVIII, cuya construcción es atribuida a un maestro afinador de la
capilla real de Carlos III, Liborna de Echevarria y que parece llegó a nuestra
parroquia procedente de la iglesia las Comendadoras de San Juan de Jerusalén
cuando esta fue desamortizada.

El Arco

El sistema defensivo medieval de Fermoselle se componía de
un recinto amurallado del que apenas ha quedado vestigio alguno más allá de su
castillo, denominado “de Doña Urraca” por ser lugar de retiro elegido por la
princesa portuguesa tras ser anulado su matrimonio con el rey Fernando II de
León y de la llamada Puerta del Villar, más conocida como El Arco. Se trata de una puerta de arco agudo con corredor cubierto
que suponía la entrada a la antigua muralla de la hoy en día solo se conservan
unos escasos restos.

En su día debió de ser la entrada principal al municipio,
pues se cree que debía existir otra de menor importancia entrando desde
Portugal en la calle Portilla, Junto a al Arco, se encuentra una de las casas
más antiguas de Fermoselle, posiblemente medieval, con dos arcos de medio punto
y corredor cubierto.

Hoy en día se trata de un punto de unión entre varias calles
que confluyen y se condensan en la conocida como Calle Abajo que va a dar a la
Plaza Mayor.

Ermita de Santa Cruz

La ermita del Cristo del Pino se halla a las afueras del
pueblo. Posiblemente sea obra del siglo X, aunque las profundas reformas que ha
sufrido le han hecho perder su estructura original, no conservando nada de
mérito ni interior ni exteriormente. En su interior se venera la imagen del
santo Cristo del Pino, objeto de la leyenda.

Puente de San Lorenzo

El Puente de San Lorenzo se ubica en la zona conocida como
La Cicutina. Este elemento arquitectónico permite el paso a través del río
Tormes entre las provincias de Zamora y Salamanca. En el centro puedes
encontrar una inscripción donde se marca el límite provincial.

Se trata de un puente de estilo romano. El puente, terminado
en 1871 según la inscripción que se conserva en el pretil, se trata de un
modelo académico de la época en la que se crearon diversas carreteras y puertos
para mejorar las comunicaciones. Se caracteriza por sus cinco arcos de medio punto iguales,
los cuales tienen tajamares redondeados. Los pilares están en sillares de
granito.

Arribes del Duero

Fermoselle forma parte de los Arribes del Duero, que es un
espacio privilegiado que destaca por su belleza independientemente de la época
del año. El protagonista del paraje es El Parque Natural cuenta con una rica
variedad de fauna y flora, que invitan a realizar actividades al aire libre
como el senderismo, rutas en bici o actividades acuáticas.

En el oeste de Zamora y Salamanca, donde el Duero se hace
frontera con Portugal y se encajona formando los cañones más profundos y
extensos -casi un centenar de kilómetros- de toda la Península Ibérica, se
encuentra la comarca de Arribes del Duero. Un espacio natural privilegiado en
el que destacan la belleza agreste de su paisaje Granítico y una rica y variada
fauna y flora.

El relieve de Arribes pertenece al dominio del Zócalo
Paleozoico y está constituido fundamentalmente por granitos y granodioritas.
Sus paisajes más bellos y escabrosos han sido formados por los ríos Duero,
Huebra, Tormes, Camaces y Uces. En el cañón de este último se localiza una de
las cascadas más bellas y espectaculares de toda la Península: el Pozo de los
Humos, donde el agua cae desde más de 50 metros.

 

Dentro de los límites del espacio se localiza interesantes y
bellas localidades como la villa de Fermoselle en la parte zamorana o San
Felices de los Gallegos en la parte salmantina, ambas declaradas Conjunto
Histórico Artístico. Aunque casi todas las localides de Arribes del Duero,
presentan un rico Patrimonio en vestigios vetones, como los castros, tumbas
antropomórficas, estelas, fuentes medievales y un rico legado de la vida de
labranza y ganadera como molinos, almazaras o chiviteros.

Este Espacio Natural se caracteriza por unas peculiares
características topográficas, correspondientes a un valle encajado, resguardado
de los vientos y con mucha insolación, lo que se traduce en una temperatura
media anual suave, la inexistencia de heladas a lo largo del año, y unas
ciertas condiciones de humedad (precipitación media en torno a los 700 mm/año).
Todos estos rasgos dan lugar a una riquísima comunidad vegetal, caracterizada
por la gran abundancia de especies típicamente mediterráneas, donde destacan
cultivos impropios para esta latitud como: olivo, vid, almendro, frutales.
Junto al “arribe” propiamente dicho, aparece la penillanura,
destinada al cultivo del cereal, principalmente centeno, en alternancia con
pastos agostantes y semiagostantes. Cuando la tierra de labor ha sido
abandonada, se cubre con el matorral en el que se intercalan enebros, encina,
quejigos, alcornoques, acompañados de gramíneas y labiadas.

 

Los cortados y las formaciones de roquedos de las márgenes
fluviales resultan el biotopo más característico de este Espacio Natural, donde
se localizan las especies de mayor valor faunístico que se corresponden con las
aves, especial relevancia adquieren buitre común, águila real, águila
perdicera, cigüeña negra, alimoche, halcón peregrino, sin olvidar otras
especies de interés como águila culebrera, águila calzada, búho real, chova
piquirroja, vencejo real, roquero solitario, collalba rubia… Destaca también
la presencia de una gran riqueza de peces (barbo, carpines, bermejuela, boga,
colmilleja, …), reptiles (lagarto verdinegro, eslizón ibérico, culebra de
herradura, lagartija colirroja, …) y mamíferos (nutria, garduña, gineta,
jabalí, zorro, …). La comunidad de anfibios tiene especies como el tritón
jaspeado, tritón ibérico, rana común, sapo corredor, sapillo pintojo, …

El pueblo de las 1.000 bodegas

Fermoselle también es el paradigma de pueblo en el que
confluyen el patrimonio cultural, con sus bodegas históricas, el patrimonio
vitivinícola actual con sus bodegas industriales y las variedades de uva, y el
patrimonio etnográfico con las formas de producir el vino.

 

Desde que se tienen registros documentales en Fermoselle se
ha creado vino. Un vino diferente, procedente de las variedades autóctonas y
minoritarias que llenan nuestros campos y realizado en bodegas únicas, bodegas
subterráneas excavadas, a mano, en granito y gneis, entre los siglos VII y XIX.
Un patrimonio de más de 1000 años que da al lugar una importancia y
singularidad sin igual en España.

Gastronomía

Pero la localidad zamorana también es conocida por su despensa.
Fermoselle tiene una gastronomía con carácter propio, tanto por la forma en que
se elaboran como por las tradiciones y los productos de la tierra.

El acceso al bacalao gracias a su cercanía con Portugal, la
ternera sayaguesa, nuestra tradición agrícola, etc. En Fermoselle siempre ha tenido acceso a materia prima de calidad que nos ha permitido dar forma una
rica gastronomía con el paso del tiempo, desde nuestras patatas con bacalao
hasta el tradicional asado de carne tan típico en nuestras fiestas de San
Agustín la gama de platos que podrás disfrutar pondrán a prueba tu fuerza de
voluntad si eres de los que no quieren comer demasiado.

Además cuenta con vinos de producción propia y especialmente
con un aceite de oliva sobresaliente diferente de cualquier otro, cada vez más
premiado, la cocina típica de nuestra gastronomía te deleitará con sabores muy
exclusivos.

Platos más típicos

Arroz a la zamorana

Su origen nace del aprovechamiento del cocido, en el momento
de cocinar antiguamente el cocido se le añadía el arroz al resultado y de este
modo se aprovechaba un modo diferente. Actualmente se prepara con esmero,
haciendo un buen sofrito de verduras, con costillas panceta chorizo oreja, pata
al que se le añade el arroz y el caldo del cocido.

 

Bacalao a la tranca

Si hay un producto gastronómico especial y con gran
tradición en Fermoselle, ese es el bacalao, se tienen registros que desde
muchos años atrás los habitantes de pueblos vecinos acudían a Fermoselle a
intercambiar productos por bacalao.

 

El bacalao a la tranca, es típico de la zona zamorana, ya
que los bacalaos en la zona portuguesa suelen prepararse con cebolla y patatas
mientras que en la española suele hacerse con aceite y ajos. Era un producto barato y accesible, la cercanía con Portugal
siempre proporcionó a los fermosellanos un acceso privilegiado al bacalao, por
lo que este era muy consumido en los hogares del pueblo.

Embutidos

Tradicionalmente, los fermosellanos disponían en sus casas
de animales para la cría, de este modo se aseguraban diferentes productos a lo
largo de año como huevos o carne. La matanza suponía una época de fiesta, las
familias y vecinos se juntaban para ayudarse mutuamente y una vez terminada se
celebraban bailes y comidas para conmemorar el evento.

En Fermoselle, por la ubicación hemos adquirido las
costumbres culinarias de todo nuestro entorno, el bacalao desde la zona de
Portugal ya lo habrás podido ver entre nuestros platos, pero las otras
herencias importantes son por un lado los quesos, tan típicos y reconocidos de
la provincia de Zamora y por otro, el gusto y el arte de hacer embutidos tan
arraigados en la provincia de Salamanca.

Chirri

El chirri (también llamado ágili-mógili por otros), consiste
en un aderezo realizado a base de vinagre, aceite, orégano, ajo y guindilla.
Requiere hacer pesadas cuidadosamente de cada uno de los ingredientes para
conseguir la mezcla idónea para que adquiera los puntos de olor y sabor
ideales. Posteriormente es embotellado y queda listo para su uso.

Es empleado para aderezar la carne asada tan típica en la
zona, antes de verterlo sobre la carne requiere que el recipiente sea agitado,
una vez hecho, se rocía sobre la carne. Idealmente debe de realizarse el
aderezo durante el proceso de cocinado pero sin exceso. Los apasionados de los
sabores a especias y salsas que gustan de este aderezo acostumbran a añadir más
cantidad una vez tienen la comida en el plato.

Hornazo

El hornazo típico de Fermoselle se caracteriza a diferencia
de otros por la simplicidad de su composición, se trata de una especie de
empanada que si bien existe en otras zonas de España, el nuestro consiste en
una masa sabrosa de pan hecha con harina sin levadura, manteca, aceite y
rellena con chorizo.

Este producto se elaboraba tradicionalmente en la época
posterior a la pascua y era el alimento típico que consumían las familias
durante la romería de San Albín que tenía lugar en el municipio, en otras
épocas las mujeres se juntaban en las panaderías del pueblo para obtener y
preparar la masa lo que suponía también un evento social. A día de hoy podrás
encontrarlo disponible para degustarlo durante todo el año.

Periquillos

Los periquillos consisten en dulces que se elaboraban
tradicionalmente en la época de carnaval. Se trata de una masa muy parecida a
las rosquillas de anís, pero en este caso tienen forma de bolas que al ir
friéndose va abriéndose dejando como “piquitos” por lo que asemeja a pericos de
ahí el nombre de “periquillo”.

Están hechos con materias primas que se encuentran en las
casas, harina huevos, azúcar y todo ello aromatizado con esencia de anís y
aguardiente. Elementos que eran fáciles de conseguir para los fermosellanos
debido a que al elaborarse vino en la Villa, existían borras con las que las
cinco fábricas de alcohol que en su día había en Fermoselle elaboraban
aguardientes.

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