La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, cada vez es más clara en su giro a a derecha en inmigración, siguiendo la senda de cada vez más países comunitarios. Bruselas sondea ahora la apertura de centros de deportación fuera de la UE, para enviar allí a los migrantes en situación irregular, siguiendo el modelo de Italia en Albania que acaba de abrirse. Mientras, el Ejecutivo comunitario prepara una reforma de la regulación sobre deportaciones para endurecerla. Así lo explica Von der Leyen a los líderes de los Estados miembros en una carta enviada en vísperas de un Consejo Europeo en el que también se hablará de inmigración, un asunto cada vez más caliente en una UE en la que avanza la derecha y el populismo y el debate sobre los solicitantes de asilo inunda la política nacional.
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