A Netanyahu solo le preocupa Netanyahu

A Netanyahu solo le preocupa Netanyahu

Es una experiencia peculiar ver a tu país juzgado en el Tribunal Internacional de Justicia. En los tres cuartos de siglo transcurridos desde su fundación, Israel ha sufrido muchas amenazas diferentes, pero ninguno de sus ciudadanos pensó que llegaría el día en que lo juzgarían por genocidio, una categoría ambigua que se reserva casi exclusivamente a los regímenes tiránicos más odiados. Mucha gente insiste —con razón— en que las acusaciones son exageradas e infundadas, pero incluso esas personas tienen que reconocer que el comportamiento político y militar de Israel en los últimos siete meses ha arruinado el apoyo internacional que recibió el 7 de octubre y es lo que, en definitiva, le ha llevado hasta el banquillo de La Haya. Se pueden refutar las acusaciones de genocidio y se puede volver a recordar al mundo la inimaginable brutalidad de Hamás, pero es difícil afirmar con sinceridad que Israel, desde que está el gobierno extremista de Netanyahu, es el mismo país que había conocido el mundo durante sus 76 años de existencia.

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