El próximo mes de agosto el canal alemán ZDF estrena el documental “Los hijos del principado de Mónaco: esplendor y drama”, en el que Alberto de Mónaco se sincera sobre las responsabilidades y el coste personal de asumir el papel de soberano. “No es fácil afrontarlo. Es difícil aparecer en público y dar discursos. Tuve que aprender muy joven lo que se esperaba de mí”, destaca. Unas palabras que llaman especialmente la atención ahora que su esposa, Charlène de Mónaco vuelve a estar en el punto de mira por su “aislamiento”.
“Está rodeada de gente, tiene sus propios trabajadores a su servicio, pero está completamente sola y, en gran medida, muy protegida”, informaba el diario “Bunte” en un artículo. Cada vez son menos sus apariciones públicas y pocas veces lo hace en solitario.
Sobre su familia, Alberto de Mónaco afirma que siendo un niño se dio cuenta de que su familia “era diferente”. Desde muy pequeños sus hijos Jacques y Gabrielle han asumido papeles institucionales, hasta el punto de que el hijo de Rainiero de Mónaco afirma que el heredero está preparado para sumir su rol, aunque también reconoce que tanto él como Charlène han intentado siempre que sus mellizos lleven una vida lo más normal y posible. “Nuestros hijos son todavía muy pequeños y quiero que crezcan con la mayor normalidad posible. Al igual que mis padres hicieron conmigo y con mis hermanos. Cuando éramos pequeños, nuestra vida familiar era lo más normal posible. Pasábamos el mayor tiempo posible juntos y disfrutábamos de nuestra privacidad y de los viajes familiares”, destaca Alberto de Mónaco.
