Alejandro Jodorowsky: «Me parece una aberración ser de un partido político»

Alejandro Jodorowsky: «Me parece una aberración ser de un partido político»

Está sentado en una silla amplia al lado de una mesa repleta de libros. Viste de negro y su pelo es canoso. La mirada es clara, y la sonrisa, abierta, traviesa. Es como si la infancia y la juventud no hubieran desaparecido todavía de ella. «Elige un número», dice con un punto de desafío y picaresca. Cuando se le contesta, explica el dibujo que existe en esa carta precisa del tarot, y, después, sonríe, como si hubiera dado con alguna explicación o a uno desvelado alguna clase de identidad interior. Alejandro Jodorowsky. Todo un mito. Director de cine, guionista de cómic, inventor de la psicomagia, hombre de teatro. Durante años bajaba a un café para leer el tarot a las personas que se lo pedían. «Lo dejé de hacer. Ahora solo lo hago cuando recibo una petición que me atrae. De todas maneras, siempre hecho el tarot gratis. Jamás he cobrado», asegura. Jodorowsky está contento. Está en España, ha llenado el teatro con cientos de seguidores y publica «La voz del maestro» (Siruela), una recopilación de frases, pensamientos, citas y aforismos que funcionan como una glosa de su propio pensamiento.

Pero, además, tiene un motivo más para ser feliz. Acaba de venir de Estados Unidos. Allí, [[LINK:TAG|||tag|||6336123487d98e3342b2675b|||Hollywood]] prepara una adaptación cinematográfica de «El Incal», uno de sus álbumes gráficos más conocidos. «Pero no participo en este proyecto. Yo solo lo escribí». Él es uno de esos privilegiados que trabajaron con dos genios de la viñeta: Moebius y Milo Manara, y no es poco. «Escribía y ellos dibujaban. Ellos realizan, siempre lo mejor que pueden, lo que les dice el escritor. Lo adaptan. Es un pulso que tenemos los creadores». Pero ni la psicomagia ni la creación apartan a Jodorowsky de la realidad que agita el mundo.

Su familia era de origen ucraniano, ¿verdad?

Sí, mis abuelos partieron de Ucrania porque eran judíos y estaban perseguidos entonces. Es una cosa que me hace reír porque ahora el presidente de Ucrania es judío… Mi padre llegó con cinco años a Chile. Y ahí está toda la historia de la familia.

¿Y cómo ve ahora la guerra que hay entre Ucrania y Rusia? ¿Qué piensa de ella?

Soy una persona rara porque no tengo nacionalidad. Porque no la quiero tener. Considero que es un invento. Nada más. Los países son un invento producto de las guerras que, en un momento determinado, se apoderaron de unas fronteras. Pero los países son productos hechos por el ser humano. La realidad es que no existen. Lo único que existe es este planeta. Si usted quiere tener una nacionalidad, esa personalidad es ser planetario o terráqueo. Esto es lo único que tiene sentido para mí. Sobre este conflicto con Rusia y la guerra en Israel, y todo lo que hay alrededor, lo único que pienso es que es una enorme falta de inteligencia. ¿Y qué va a pasar con el tiempo? Pues que esto decaerá o reventará el planeta.

[[QUOTE:PULL|||«No tengo nacionalidad porque no la quiero. Los países son un invento»|||Alejandro Jodorowsky]]

Y me parece que usted tampoco está adscrito a ningún partido político.

(Risas). No, lo siento, yo no tengo partido político. También me parece una aberración pertenecer a uno. La realidad es que todos esos partidos políticos quieren siempre lo mismo.

Ha estado en México, Estados Unidos y Francia. ¿Qué le parecen los nacionalismos?

Todos también quieren lo mismo. Poner un montón de límites y de separaciones a los demás. Aparte de chileno, también tengo la nacionalidad francesa. Pero todo eso no me parece nada. No he llegado aquí con ninguna mochila cargada con los kilos de un país a la espalda.

Viene de llenar teatros. ¿Cómo se lucha contra el ego? ¿Qué hace para que el ego no pueda con usted?

He sufrido mucho luchando contra el mío. Las personas somos dobles. Por un lado, somos conscientes, y, por otro, tenemos un inconsciente que no conocemos, pero él, sin embargo, sí nos conoce a nosotros. Lo principal no es la conciencia, sino el inconsciente. La conciencia está separada y busca límites entre la gente, los países, las ideas, las religiones… Todo eso son separaciones. Pero, en cambio, el inconsciente es la unión de todos los seres humanos, de todos los animales, de todos los vegetales y minerales. Cuando descubrimos eso, los problemas de ego desaparecen. Lo que te importa es la totalidad.

Pero es difícil.

Todo es difícil. Difícil también es vivir, pero se llega y se vive. Las personas estamos en el presente, aunque tenemos el deseo de ir hacia el futuro. El futuro que no tenemos, porque hoy nos aterroriza enormemente el futuro por lo que está pasando, por la destrucción del planeta, que está en marcha. Aunque ahora existe una pequeña sociedad que ha emprendido su salvamento para liberarnos de la destrucción. Quiero pensar que este núcleo de personas salvará el planeta. Pero antes hay que dejar de criticar. Contar con una mirada positiva. Tuve un periodo en el que hablaba de lo malo, pero lo que hay que hacer es lo contrario. Basta de conversaciones negativas. No vamos a eliminar el olor a putrefacción ni la decadencia con esa actitud.