Álvaro Muñoz Escassi: mucho bótox, tinte y mentoplastia

Álvaro Muñoz Escassi: mucho bótox, tinte y mentoplastia

Álvaro Muñoz Escassi no ha podido librarse de la tendencia general al mejoramiento forzado del aspecto físico. Sus últimas apariciones han revelado rellenos, estiramientos faciales, y estoy segura que una mentoplastia de barbilla para masculinizar todavía más su imagen que ha dejado atónitos a su ejército de admiradores/detractores/implacables jueces y resto de personal que no puede sustraerse al magnetismo de Escassi. Y su evidente cambio no se limita a lo físico; su outfit ha cambiado. De señorito sevillano de madre aristócrata y padre burgués, ha pasado por la fase de atormentado joven estudiante en Alemania, al modo Werther, dejando allí su huella genética, hasta su actual «look» de intelectual bello y dejado gafapasta, teclista de los Depeche Mode y/o atormentado Jack Kerouac, el eterno viajero inconformista. Pero el exceso de bótox le da un aire jocoso de persona con expresión de extremo asombro; el color negro -demasiado remarcado- de su cabello recuerda a un gato negro al acecho y listo para la acción.

Álvaro no es feliz. El éxito de su personaje (que no de su persona), radica precisamente en un acercamiento frívolo a las causas y efectos de su comportamiento. Escassi no es un seductor al uso ni un caza fortunas. Álvaro reactualiza a don Juan Tenorio, con su angustiante búsqueda del placer, que no acaba de llegar, esa conquista de la que se huye antes de la consumación. Pero Álvaro Muñoz Escassi es el seductor por excelencia: domina la palabra y modula la voz, usurpa un papel dulce, dominante e irresistible y abandona a la «víctima» con la misma pasión y astucia con la que la conquistó. Su desmedido espíritu aventurero le hace irresistible, llegando a tener una hija con su primera amante-mantis iniciática, mujer casada que casi podría haber sido su madre biológica. Su forma de hablar y de moverse en público, su aspecto auto victimizado y aniñado no pasa desapercibido. Ha llegado a compartir alcoba con tres mujeres diferentes, consiguiendo la proeza de hacerlas creer a cada una de ellas que son únicas e irrepetibles, sin que les importe compartir eventualmente a su amante.

Escassi sabe escuchar a las mujeres; domina el arte de la asertividad, lo que le hace excepcional a los ojos de sus conquistas. Mercedes Barrachina, Raquel Bernal, Lara Dibildos, Vicky Martín Berrocal, Sonia Ferrer, todas estas sirenas, todas estas doncellas al modo Circe-Calipso parecen haber quedado eclipsadas por su nueva y espectacular conquista, Hiba Abouk. Su ex, María José Suárez, salió escaldada mientras que a él l persigue una presunta deuda por cosas del querer.

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