Antes de los dinosaurios, éste era el animal que aterrorizaba la Tierra: una salamandra carnívora gigante

Antes de los dinosaurios, éste era el animal que aterrorizaba la Tierra: una salamandra carnívora gigante

Un grupo de investigadores de la Universidad de Buenos Aires
ha descubierto una salamandra gigante carnívora
que aterrorizaba la Tierra hace 300 millones de años, antes de que aparecieran los
dinosaurios. Y es que todavía quedan muchas especies
fascinantes por descubrir. Piensa por un momento en todas las especies de
seres vivos que hay sobre nuestro planeta ahora mismo. ¿Cuántas crees que
son? Casi 2 millones de especies,
que no son pocas.

Ahora piensa en los otros 3.000 y pico millones de años que lleva
existiendo la vida. ¿Cuántas especies fósiles
crees que conocemos? Los cálculos son algo polémicos, pero digamos que apenas
300.000. Si en este instante de nuestra historia existen casi 2 millones y
solo conocemos 300.000 de las que han existido durante el resto de los
instantes de la vida
en la Tierra… ¿Cuánto nos quedará por descubrir? Las cifras son abrumadoras,
y por eso el registro fósil no deja de darnos alegrías. Esta semana ha sido el
turno de Gaiasia jennyae.

Batiendo récords

Hablar de una salamandra gigante ya es bastante
espectacular, pero es posible que conozcas algunas especies
de salamandras gigantes modernas. Porque, efectivamente, convivimos en este
planeta con anfibios de un metro y medio de longitud. Ese es el caso de Andrias
japonicus, la salamandra gigante japonesa, algo mayor que su pariente la
salamandra gigante china (Andrias davidianus) de 1,20 metros, o la salamandra
gigante estadounidense (Cryptobranchus alleganiensis), de 70 centímetros,
tan larga como un pastor alemán.

Sin embargo, Gaiasia jennyae suma un par de características
únicas a su haber. A diferencia de sus análogos modernos, era carnívora. De
hecho, estaba dotada de grandes y afilados dientes con los que cazar a sus
presas. Empezamos a imaginar a un predador del Pérmico cuyo tamaño
desconocemos, pero con una cabeza de 60 centímetros de largo. Podemos
estimar, por lo tanto, que su longitud era mayor que la de un ser humano, lo
cual ya lo haría respetable en nuestros tiempos, pero que por aquel entonces lo
convertían en un verdadero titán.

Es más, Gaiasia jennyae es un tetrápodo único (vertebrados
que, o ellos o sus antepasados, tenían cuatro patas). En palabras del
investigador Jason Pardo: “Gaiasia es único en muchos aspectos,
pero el más importante es que es mucho más grande que cualquier otro tetrápodo
primitivo”.

Fuera de lugar

Y es que sabemos bastante acerca de la anatomía de Gaiasia
jennyae, porque su esqueleto, a pesar de su antigüedad, está bastante bien
conservado. No es frecuente encontrar tan intacto el esqueleto de un animal de
su tamaño, pero ahí está. Y, por si no fuera suficiente con la cantidad de
información que podemos deducir a partir de sus restos, la ubicación del
yacimiento ha permitido reconstruir algunos de sus hábitos. El nombre de la
especie viene de su descubridora, Jenny Clack, y de la formación en la que fue
descubierto, Gai-As, en Namibia. La cuestión es que, aunque ahora Namibia
está muy cerca del ecuador, justo sobre Sudáfrica, hace 300 millones años se
encontraba al sur, en el paralelo 60, que, para hacernos una idea, es el Cabo
de Hornos, el extremo austral de Argentina.

Lo más probable es que este anfibio viviera en pantanos o
lagos, acechando en su fondo, y eso, sumado al paralelo en el que se ha
encontrado desafía algunos de nuestros conocimientos sobre el origen de los
tetrápodos. Hasta ahora, la idea mayoritaria era que los primeros tetrápodos
vivían solo en climas tropicales, pero ahora sabemos que, al menos, Gaiasia jennyae
podía sobrevivir en climas más fríos, alejados del ecuador, algo especialmente
relevante si tenemos en cuenta que, por aquel entonces, la Tierra estaba al
final de un periodo glacial.

Pardo aclara que, “el hecho de que encontráramos a
Gaiasia en el extremo sur nos dice que había un ecosistema floreciente que
podía sostener a estos grandes depredadores. Cuanto más investiguemos, más
respuestas podremos encontrar sobre estos grupos animales importantes, como los
ancestros de los mamíferos y los reptiles modernos”. Y es que, si bien son
infinidad las especies que no conocemos, en cada una de las que hemos
identificados existe otra infinidad de datos que todavía ignoramos.

QUE NO TE LA CUELEN:

Los restos fueron hallados en 2015 por el equipo de Claudia
Marsicano, pero hicieron falta tres años para separar el fósil de los
sedimentos que lo rodeaban. Una labor que tuvo lugar en Sudáfrica, en el Iziko
Museum de Ciudad del Cabo. Finalmente, en 2019, pudo empezar el estudio
detallado de los fósiles. Porque cuando en paleontología se da la fecha del
descubrimiento, hay que tener muy claro que es (casi siempre) bastante anterior
a su comunicación.

REFERENCIAS (MLA):

Claudia A. Marsicano y Jason D. Pardo et al., “Giant
stem tetrapod was apex predator in Gondwanan late Palaeozoic ice age”,
Nature, 2024

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