Así debes hidratar a tu bebé en los días calurosos de verano

Así debes hidratar a tu bebé en los días calurosos de verano

Con la llegada del calor, muchas familias se preguntan si es adecuado ofrecer agua a los bebés, especialmente a los recién nacidos. Aunque parece lógico pensar que si los adultos necesitan hidratarse con agua, los más pequeños también lo necesiten, la realidad es diferente. Según la enfermera pediátrica Laura Sánchez Soria, del Hospital Quirónsalud San José, el agua no es la mejor opción para los bebés hasta que comienzan con la alimentación complementaria. “El agua que los bebés toman debe ir acompañada de nutrientes”, advierte Sánchez en Tu Canal de Salud.

A diferencia de los adultos, el agua no es la bebida más adecuada para los bebés menores de seis meses. “Aunque parezca contradictorio, los bebés necesitan más agua que los adultos, pero no es necesario dársela de forma externa”, explica Sánchez. Tanto la leche materna como la fórmula infantil contienen entre un 70% y 80% de agua, lo que es suficiente para mantener hidratado al bebé. En palabras de la experta, “la lactancia, ya sea materna o con fórmula, es suficiente para mantener a tu bebé hidratado, incluso en verano”.

En resumen, la mejor manera de hidratar a un recién nacido es a través de la lactancia. Durante los meses más calurosos, es posible que el bebé demande más tomas, y es importante ofrecerle leche en respuesta a sus necesidades. “La leche materna o de fórmula ya ‘viene de fábrica’ con la cantidad justa y necesaria de agua”, insiste Sánchez.

¿Qué ocurre si le doy un biberón de agua a mi bebé?

Si se le ofrece un biberón de agua a un bebé, su estómago se llenará con un líquido que no contiene los nutrientes necesarios para su desarrollo, lo que podría llevar a que rechace las tomas de leche. “Si le diéramos al bebé un biberón solo de agua, corremos el riesgo de desnutrirlo, ya que su estómago es pequeño y no habrá espacio para los nutrientes que necesita”, alerta Sánchez.

Es aconsejable esperar hasta que el bebé cumpla seis meses para introducir el agua en su dieta. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva hasta esa edad, ya que cubre todas sus necesidades de hidratación. “Hasta que no comiencen con la alimentación complementaria, la leche les proporciona toda el agua que necesitan”, subraya Sánchez. Una vez que el bebé empieza a consumir alimentos sólidos, puede requerir más agua, dependiendo de su dieta. La enfermera recomienda ofrecer agua de vez en cuando entre tomas, sin necesidad de forzarlo a beber.

Esta es la cantidad de agua recomendada para niños de 6 meses a 8 años

A partir de los seis meses, los bebés pueden comenzar a beber agua, aunque la cantidad varía según la edad:

– De 6 a 12 meses: entre 800 mililitros y un litro diario.

– De 1 a 2 años: alrededor de 1.200 mililitros diarios.

– De 2 a 3 años: aproximadamente 1.300 mililitros diarios.

– De 4 a 8 años: hasta 1.600 mililitros diarios.

Sánchez señala que no es necesario obsesionarse con las cantidades, ya que los niños indicarán naturalmente cuando tienen sed. “Los bebés no dirán con palabras que quieren agua, pero cuando se la ofrezcan, beberán si la necesitan o apartarán la cara si no”, explica.

¿Es mejor el agua embotellada o la del grifo?

El bebé puede consumir tanto agua embotellada como agua del grifo, siempre que esta última sea potable. La opción más recomendada es el agua mineral embotellada, preferiblemente de mineralización débil y baja en sodio. Sin embargo, si decides optar por agua del grifo, asegúrate de que sea segura para el consumo. En caso de duda, se aconseja hervirla durante dos minutos antes de dársela al bebé.

Otra recomendación importante es utilizar un vaso o un biberón para ofrecer agua al bebé, en lugar de que beba directamente de la botella, para evitar el riesgo de infecciones. Asimismo, cuando viajes con tu hijo, es aconsejable llevar agua en envases frescos y bien cerrados para prevenir cualquier posible contaminación.

En conclusión, aunque el agua es esencial para la hidratación, no es necesario apresurarse a introducirla en la dieta del bebé. “El agua puede ser la mejor amiga de tu hijo, pero no tengáis prisa en presentársela”, concluye la enfermera Sánchez, resaltando la importancia de la lactancia como principal fuente de hidratación durante los primeros meses de vida.

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