Ubicado entre un mar de olivares y la exuberante campiña de Apulia, en el talón de la bota italiana, el lujoso resort Borgo Egnazia es el escenario de la cumbre del G7. El emplazamiento es una elección personal de Giorgia Meloni, flamante anfitriona de la cita anual al más alto nivel del selecto club que conforman las siete economías más desarrolladas del mundo. No escatimó en gastos la primera ministra. Quiso Meloni enseñar a los jefes de Gobierno del Grupo de los Siete este rincón de Italia, un refugio de cinco estrellas alejado de la capital.
Con 192 habitaciones, y un laberinto de pasillos y arcos que desembocan en la plaza de un pueblo, el hotel tiene espacio de sobra para que los Biden, Macron y compañía puedan relajarse entre reuniones. Es tan extenso que se han habilitado en el interior del complejo turístico algunos de los siete helipuertos instalados para la llegada de los mandatarios.
Inaugurado en 1996 por su propietaria, Marisa Melpignano, el resort está acostumbrado a alojar a huéspedes importantes. En 2012, Hollywood acudió en masa al complejo para celebrar la boda entre Justin Timberlake y Jessica Biel, que tuvo lugar en la capilla del hotel. Otras grandes personalidades como Madonna o la familia Beckham también se han alojado en una de sus grandes villas, situadas a escasos metros de la playa, donde estos días están alojados los mandatarios.
Las villas disponen de jardines y piscinas privadas, y se agrupan en torno a una plaza central. En el interior de todos los edificios, de piedra encalada con tejados de terracota, la artesanía local queda patente en la cerámica pintada a mano, los intrincados mosaicos y los tejidos que adornan los espacios. La sensación general es de elegancia discreta; lujo tranquilo.
Y ese lujo se extiende a las opciones gastronómicas. Borgo Egnazia alberga el Ristorante Due Camini, galardonado con una estrella Michelin y dirigido por el chef italiano Domingo Schingaro, nacido y criado en Apulia. Su carta incluye los mejores productos locales, servidos en un menú degustación de cinco o siete platos. Pero si los líderes del G7 no tienen tiempo para una cena larga, también hay una pizzería con horno de leña y una marisquería en el exclusivo club de playa del hotel, situado en la parte trasera de su playa privada.
