Las enfermedades cerebrovasculares (ECV) son una de las mayores causas de muerte en España. Concretamente, y según el Instituto Nacional de Estadística (INE), más de 23.000 personas murieron en 2023 a causa de estas patologías, entre las que destaca el derrame cerebral o el ictus.
Asimismo, el INE detalla en sus datos que ocurrieron más muertes de mujeres que de hombres debido a estas enfermedades, dejando, específicamente, en cerca de 2.500 la diferencia entre ambos sexos. En cuanto a la edad, estas suelen actuar en personas cercanas a la tercera edad, ya que 21.251 habitantes fallecieron a causa de las ECV, siendo más del 91% de las muertes totales.
Un estudio del año 2002 del Archivo del Ministerio de Sanidad, asegura que existen una serie de factores de riesgo que promueven la aparición de este tipo de patologías. Además del sexo, la edad o la herencia/genética, están, como derivado de otras enfermedades:
Hipertensión arterial.Diabetes.Marcadores de ateromatosis (estenosis asintomática de carótida, cardiopatía isquémica, enfermedad arterial periférica…)Cardiopatías de alto riesgo embolígeno (Fibrilación auricular, Enfermedad del seno, infarto agudo de miocradio…).Accidente isquémico transitorio.
Por otro lado, existen también hábitos potenciadores de ECV, como lo son, entre otros:
Tabaquismo.Dislipemia.Alcoholismo.Obesidad.Sedentarismo.
Por otro lado, el Ministerio de Sanidad, en su Estrategia contra el ictus, distingue hasta dos tipologías diferenciadas de ECV, las isquémicas y las hemorrágicas. Los primeros son los más comunes, concretamente corresponden al 80%-85% de ictus que se suceden, y son aquellos que ocurren cuando se interrumpe el flujo sanguíneo al cerebro de manera focal o global; mientras que los hemorrágicos pasan cuando un vaso sanguíneo del cerebro se rompe, creando hemorragias de tipo cerebrales o subaracnoideas.
Asimismo, se destaca que, cuando una persona está sufriendo una de estas ECV, es importante que sea tratada cuanto antes, concretamente, y como límite, una hora desde que se reconocen los síntomas para que esta sea intervenida. De lo contrario, es posible que el individuo que lo padece sufra una muerte cerebral.
Por ello, es importante saber identificar cuándo una persona está sufriendo una ECV y llamar a los servicios de emergencia lo más rápido posible y, si por cualquier circunstancia no pueden llegar a tiempo, estar dispuesto a llevarla rápidamente al hospital.
Identificar las ECV
El paramédico técnico en emergencias médicas de México, Roy Mata, comentó, en un podcast del canal de YouTube, DoctorVic, qué es lo que debemos realizar para efectuar un diagnóstico aproximado en caso que nos permita sospechar que alguien está sufriendo un derrame cerebral.
Lo primero que deja en claro el paramédico es que hay que ir inmediatamente a un centro hospitalario para realizar una intervención, ya que, desde el momento en el que se diagnostica, empieza un contrarreloj para salvar la vida de la persona.
Para reconocerlo, comenta que existe la Escala de Cincinnati, que es una evaluación prehospitalaria ante posibles ECV, y la cual tiene tres pasos, según Roy Mata:
La persona debe levantar los brazos a la misma altura durante diez segundos. Si uno o los dos los brazos están más débiles o pierden fuerza , es un “foco rojo” (o alerta roja) ante una posible ECV.Otro paso importante es pedirle a la otra persona que sonría. Si una parte de esta está caída o no sonríe completamente, es otra alerta roja que debemos tener en cuenta.Asimismo, podemos pedir a otra persona que nos hable o nos diga una frase. Si no puede hablar bien o “hace ruidos incomprensibles”, podemos sospechar fuertemente que la otra persona está sufriendo este cuadro de ECV.
Si varios pasos de esta escala se muestran afirmativos, es vital llevar a esa persona cuanto antes a un centro hospitalario para que se la intervenga lo más pronto posible. Por otro lado, es importante llevar una vida saludable para prevenir esta y otras patologías que pueden dañar severamente nuestra calidad de vida.
