Bajadas de tipos y la parálisis europea: ¿cuánto cuesta el tiempo?

Bajadas de tipos y la parálisis europea: ¿cuánto cuesta el tiempo?

Antífonos (480-411 ac) fue un orador griego al que se le atribuye la primera referencia al valor del tiempo: «El gasto más costoso es el tiempo». Y el tiempo tiene un precio, que es tipo de interés, como ya defendía Thomas Wilson (1524-1581), juez y diplomático isabelino, en su famoso «Discurso sobre la usura» (1572). La inflación en la eurozona, que tanto influye en los tipos de interés, está en el 1,8%, aunque la de los servicios todavía campa por el 4%. Todo empieza a estar dentro de donde quería el Banco Central Europeo (BCE) y por eso, su presidenta, Christine Lagarde, dijo el lunes en el Parlamento Europeo que «lo tendremos en cuenta en nuestra reunión de octubre». Unas palabras que sus exégetas partidarios del dinero fácil y barato interpretan como que, en las próximas semanas, habrá otra rebaja del precio del dinero.

También podría ocurrir al otro lado del Atlántico, porque el presidente de la Reserva Federal no descarta otra reducción de 0,25 puntos de los tipos de interés. El dinero, no obstante, no volverá a ser casi gratis y, por otra parte, Lagarde también advierte de que «la inflación podría repuntar en el cuarto trimestre» y que «la recuperación económica se enfrenta a obstáculos». Algo muy similar dijo ayer Luis de Guindos, vicepresidente del BCE: «Hoy también nos enfrentamos a una enorme incertidumbre, sobre todo en vista de los numerosos riesgos económicos». El BCE está embarcado en los últimos tiempos en la aventura de resolver el sudoku –difícil, pero no imposible– de cómo combatir la inflación sin provocar una enorme recesión. Ahí está la dificultad, con el problema añadido sobre el que llama la atención Lagarde, como también ha hecho Draghi, de que «el mundo está cambiando rápidamente, y Europa se está quedando atrás», como dijo la presidenta del BCE el lunes. También apuntaba que de los 1,1 billones de ahorro de las familias de la eurozona, la tercera parte está en depósitos bancarios –muy poco remunerados–, y que estarían mejor dedicados a esos proyectos de inversión, de unos 700.000 millones anuales, que necesita la Unión Europea. Y es que la más que evidente parálisis europea, en muchos terrenos, confirma miles de años después que el gasto más costoso es el tiempo, como avanzó Antífonos.

Please follow and like us:
Pin Share