Barcelona se asoma al final de la sequía

Barcelona se asoma al final de la sequía

Las lluvias de los últimos meses han dado una tregua a Cataluña, o al menos a las zonas cuyo suministro de agua depende de los ríos Ter y Llobregat y que han sufrido tres años de escasez de agua. Tras las generosas precipitaciones de las últimas semanas en las cabeceras de estos cursos fluviales, el Govern prepara una nueva flexibilización de las restricciones por sequía que afectará a la ciudad de Barcelona y a 202 municipios de su provincia así como la de Girona. Los cerca de seis millones de habitantes que residen en estas localidades se abastecen del sistema Ter-Llobregat que, según las cifras publicadas en tiempo real por la Agencia Catalana del Agua (ACA), se encuentran este jueves al 35,6% de su capacidad (más de 218 hectómetros cúbicos). Fuentes del Departamento de Acción Climática han afirmado a EL PAÍS que estas poblaciones abandonarán en las dos próximas semanas la fase de excepcionalidad y entrarán en el escenario de Alerta del Plan Especial de Sequía (PES). “Puede que sea la semana que viene o la otra, pero sí, estamos cerca”, explican por teléfono.

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