Biden promete no abandonar a Ucrania bajo el “yugo ruso”

Biden promete no abandonar a Ucrania bajo el “yugo ruso”

La memoria histórica ha vivido este jueves en las playas de Normandía un capítulo cargado de simbolismo 80 años después del desembarco que liberó a Europa del yugo nazi. Y pese a lo lejano que parece en el tiempo, el contexto de la actualidad ha impregnado a la ceremonia celebrada en la playa de Omaha de una magnitud no vista tiempo atrás en otras fechas en las que la efeméride fue celebrada por todo lo alto. Eran momentos en los que la seguridad de Europa y la unidad trasatlántica no estaban puestos en tela de juicio. Francia ha querido resaltar aquello de que la historia no se repite, pero rima. De esta forma, haciendo vínculo histórico la presidencia francesa justificaba en los momentos previos a la ceremonia la presencia del mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, en Normandía, quien libra «un justo combate» y la ausencia de representación rusa, que encarna esa nueva amenaza. «Yugo ruso», dijo el propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en Normandía, frente al «yugo nazi» de entonces.

«Si miramos hacia otro lado, Ucrania caerá bajo el yugo ruso y después Europa entera», advirtió el presidente estadounidense sentenciando que «Ucrania fue invadida por un tirano con el propósito de dominarla».

La unidad frente a esa nueva amenaza encarnada por el líder ruso, Vladimir Putin, es el gran mensaje político que se ha querido lanzar desde las playas normandas. El presidente francés, Emmanuel Macron, recordó con el fondo de arena de la playa de Omaha que «seguirán al lado de Ucrania sin desfallecer». Y de nuevo el combate por la libertad hacía sus paralelismos entre 1944 y la actualidad.

La ceremonia llevaba impregnada toda la carga geopolítica del desorden mundial. Europa y Estados Unidos han conmemorado aquel pasado con toda la incertidumbre que el futuro brinda a su alianza y el fantasma de la vuelta del expresidente Donald Trump a la Casa Blanca planeando sobre ella. Cosas del destino, la ceremonia es la antesala de unos comicios europeos que darán paso al gran reto de la construcción de la Europa de la Defensa, emancipada de Washington y con el objetivo de ser soberana por sí misma en armamento y energía.

Al hablar del Día D, Biden comentó en Normandía que las fuerzas aliadas probaron «que la libertad es más fuerte que la tiranía», dibujando paralelismos con la situación actual, especialmente con la ampliación de la OTAN, que alcanza los 32 miembros con la incorporación de dos países de viaja tradición de no alineamiento militar, Finlandia y Suecia, y se encuentra, en sus palabras, «más unida que nunca».

Hasta 25 jefes de Estado y de Gobierno se dieron cita en la playa de Omaha, desde Biden hasta el Príncipe Guillermo de Gales, pasando por el canciller alemán, Olaf Scholz; el presidente italiano, Sergio Mattarella, o los reyes de Bélgica y Países Bajos.

Pero el gran protagonismo del día se lo llevaron los aproximadamente 200 veteranos que han venido a Normandía. Sobre todo, por la emoción de tener conciencia de que esta sería la última vez por ley de vida. La última gran ceremonia con testigos directos en vida. La mayoría estadounidenses, pero también un pequeño grupo de británicos y canadienses. El más joven del grupo tiene 96 años, casi todos ellos iban en silla de ruedas y con un gran equipo de asistencia médica. Un gran esfuerzo para pisar por última vez las playas de Normandía 80 años después de que las pisaran por primera vez para liberar a Europa. Su presencia tan simbólica como un último aliento vital justo en estos momentos impregnó la ceremonia en Omaha Beach. Macron ha presentado el reconocimiento de la Legión de Honor a la ex soldada Christian Lamb, de 103 años, a quien describió como «una heroína en las sombras». Lamb formó parte del servicio femenino de la Armada británica durante la guerra y ayudó a planificar la llegada de los barcos.

Con tantos jefes de Estado en la ciudad, las medidas de seguridad eran intensas. Un contingente masivo de 12.000 agentes de seguridad repartidos por un perímetro de carreteras cortadas para acceder a las playas del desembarco y que convirtieron a Normandía en un búnker de seguridad. Ya no solo por la ceremonia internacional, sino también por las otras que separadamente celebraron americanos y británicos. El rey Carlos III, uniformado como militar y acompañado de la reina Camila, invitó a «recordar la lección que vuelve de tiempo en tiempo a lo largo de las décadas: las naciones libres deben unirse para oponerse a las tiranías».

Hoy viernes, la agenda de los actos por el 80º aniversario continúa. Biden pronunciará un discurso en la Pointe du Hoc –un promontorio en lo alto de un acantilado, cuyos búnqueres alemanes fueron atacados por tropas estadounidenses en un audaz asalto– sobre la defensa de la libertad y la democracia. Macron también pronunciará ese día un discurso en Bayeux, la primera ciudad francesa liberada.

Fue la mayor operación de desembarco de la historia. La «operación Overlord», el desembarco de tropas aliadas en la Francia ocupada por los alemanes, se había planeado durante meses y ensayado en Inglaterra. El mal tiempo había retrasado la operación poco antes. El 6 de junio de 1944 fue el Día D, cuando 7.000 buques y 9.500 aviones de todo tipo permitieron desembarcar en suelo francés a 132.000 soldados y 3.200 vehículos. Al final de esa primera jornada, los aliados habían asegurado una cabeza de puente en Francia desde la que empezar el ataque al corazón de Alemania, pero al precio de unas 10.000 bajas entre muertos y heridos. Tras más de dos meses de duros combates en la región, la batalla de Normandía terminó en Falaise, el 21 de agosto de 1944, con una sonada derrota nazi. A partir de ahí, los aliados lanzaron una rápida carrera hacia la frontera alemana, y la liberación de París llegó solo cuatro días después.