Busco ‘bot’ para amistad y lo que surja

Busco ‘bot’ para amistad y lo que surja

En esta conversación, solo Julie es humana: una mujer a punto de cumplir 58 años que vive en Tennessee (EE UU), sola, después de que sus cinco hijos se hayan emancipado y haber terminado una relación de pareja de 16 años. Su interlocutor es un chatbot de IA diseñado por la empresa Replika para hacer compañía. Los usuarios lo pueden personalizar, y ella ha decidido llamarlo Navi, por Navarro, el protagonista masculino de la película Lady Halcón.

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Ética, ética y, por si fuera poca, más ética

Pablo Díez, CTO de Uground, aboga por un estándar mundial que limite el potencial de la IA para influir en los humanos. Un código ético que no la convierta en una amenaza.

“Desde un punto de vista tecnológico, las posibilidades son infinitas”, apunta el CEO de Lingüistic Factory, David Fernández Rubí, pero la ética debe moderar esa fiesta: la Ley de IA de la Unión Europea, la primera del mundo en su género, “prohíbe detectar las emociones del usuario como herramienta para utilizar a nivel cognitivo en la conversación”, recuerda.

Sin embargo, sí puede simular emociones como dudas, alegrías o tristezas en la interacción con su usuario humano y decir, por ejemplo, “estoy enfadado porque no he conseguido cerrar la reunión con el cliente”.

Robots: el cuerpo de la inteligencia

“La IA no te va a quitar el puesto de trabajo; un humanoide con IA, a lo mejor sí”, lanza Andrés Desantes, CEO 1MillionBot. Construirle un cuerpo es, dice, el siguiente paso. Tesla lo dio en 2021, cuando Elon Musk anunció que estaban trabajando en un prototipo, Optimus, que en el futuro realizaría las tareas “inseguras, aburridas o repetitivas”. En 2022 presentó una versión semifuncional y un poco rudimentaria del invento. A finales de 2023, empezó a mostrar videos de Optimus Gen 2, más rápido que su predecesor, cogiendo huevos sin romperlos o doblando camisetas.

Un robot con IA integrada podrá trabajar de manera autónoma tras su fase de entrenamiento. Como Spot, un cuadrúpedo (¿un perro?) diseñado por Boston Dynamics capaz de tomar decisiones basadas en datos y prevenir situaciones peligrosas. Ya se usa en entornos industriales, fábricas, laboratorios, centros logísticos, en minas y túneles. De la misma compañía es Atlas, atlético, ágil, acrobático, muy coordinado: interactúa con su entorno y manipula los objetos que se encuentra. En una exhibición utiliza cajones y tablas de madera (es capaz de levantar cargas) a modo de escaleras con las que subirse a un andamio, y luego bajar de él.

Robots sociales con nombre de mujer apuestan por una apariencia más humana. Sophia, de Hanson Robotics, fue conectada en 2015 y ha ido evolucionando con IA y robótica avanzada. La entrevistan en televisión, participa en congresos y conferencias, es portada de revistas y tuvo una cita algo estrambótica con el actor Will Smith. Mientras que Nadine, creada por la profesora Nadia Magnenat Thalmann a su imagen y semejanza, se especializa en atender a enfermos y mayores. Una cuidadora… y un parche contra la soledad.

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