Cacao: así se convierte un alimento en un juguete para los especuladores financieros

Cacao: así se convierte un alimento en un juguete para los especuladores financieros

Los grandes comerciantes de materias primas de nuestro siglo visten los mejores trajes, van en vehículos de lujo y despachan frente a monitores llenos de cotizaciones bursátiles. Pierre Andurand (Aix-en-Provence, Francia, 47 años) es uno de ellos. Pertenece a una tribu financiera cuyos miembros son conocidos como traders. Andurand saltó a la fama debido al extraordinario rendimiento de su fondo de inversión, especializado en petróleo y energía, durante los tres años posteriores al estallido de la pandemia. El capital de sus clientes se multiplicó por más de siete durante este periodo, situándolo como uno de los gestores más exitosos del momento. A inicios de este año, uno de sus analistas, percibiendo una oportunidad inusual, se acercó a él y le sugirió echar un vistazo al precio del cacao. Lo que Andurand encontró fue asombroso: una gráfica que mostraba una línea ascendente casi vertical, similar al rastro que deja un cohete en su viaje a la Luna. Había descubierto un atajo para ganar dinero, mucho dinero.

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Los agricultores son el eslabón más débil

Hoy, el consumo de chocolate en el ámbito global es de unos 7.500 millones de kilos en 2023. Las ventas al por menor de confitería de chocolate en el mundo superaron los 120.000 millones de dólares, según Euromonitor International. En el campo, donde está el eslabón más importante, la realidad diaria de la gran mayoría de los productores es la pobreza, en algunos casos extrema, afirma Antonie Fountain, director de Voice Network, un organismo que vigila el comercio justo. Mientras los precios estaban entre 6.400 y 7.300 euros la tonelada en las Bolsas internacionales, los agricultores recibían por hectárea alrededor de 2.250 euros por tonelada (en promedio un agricultor tiene entre dos y cinco hectáreas), según Fountain. Hasta antes del año pasado, el precio del cacao había estado tendiendo a la baja durante los últimos 30 años. Particularmente, la crisis se recrudeció entre 2016 y2017, cuando hubo una gran sobreproducción. “Los ingresos de la industria sostienen los medios de vida de Estados, ciudades y personas que trabajan en el sector del chocolate”, asegura Carl Quash, de Euromonitor International. “El cacao es uno de los cultivos económicos clave de Costa de Marfil”, comenta. En los años setenta, en el bum del cacao, este país se sirvió de las ganancias de este producto para avivar su economía. El Gobierno marfileño implementó políticas favorables para los agricultores, incentivando la producción. Esta bonanza económica contribuyó a diversificar su PIB y sentó las bases para el desarrollo de otros sectores industriales y comerciales en el país. Pero luego una mezcla de factores (una oferta excesiva, una demanda débil, la especulación, el fortalecimiento del dólar estadounidense, los impactos climáticos, las ineficiencias en la cadena de suministro, la falta de transparencia y trazabilidad) contribuyó a mantener los precios internacionales del cacao débiles.