Cáncer de próstata, el tumor más frecuente en hombres

Cáncer de próstata, el tumor más frecuente en hombres

El cáncer de próstata presenta un proceso lento y puede no ser percibido por el paciente en las fases iniciales de la enfermedad. Por ello, los médicos especialistas recomiendan acudir al urólogo y realizase controles a partir de los 45 años y, en caso de existir antecedentes familiares, a partir de los 40.

Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se espera que en 2024 los tumores más frecuentes sean los de colon y recto, con 44,294 nuevos casos, seguidos por los de mama (36,395), pulmón (32,768), próstata (30,316) y vejiga urinaria (22,097). Se trata de unas cifras que mantienen un año más al cáncer de próstata como el de mayor incidencia en hombres en España.

A pesar del aumento de casos de cáncer de próstata de las últimas décadas, los avances en programas de cribado, nuevas terapias y fármacos, y técnicas diagnósticas innovadoras han permitido “prácticamente cronificar el cáncer de próstata”, situando su tasa de curación “en torno al 90-94%”, como explica el Dr. Juan Casanova, jefe de Servicio de Urología de la Fundación Instituto Valenciano de Oncología (IVO).

El reto de diagnosticar un tumor antes de que se desarrolle

El pasado 11 de junio se celebró el Día Mundial del Cáncer de Próstata. Uno de los principales desafíos en el diagnóstico del cáncer de próstata es su detección en etapas tempranas, recuerda el Dr. Casanova. “Los síntomas urinarios típicos, como la nocturia, la sensación de urgencia miccional, la frecuencia y el vaciado incompleto, son inespecíficos y no están vinculados al cáncer de próstata, sino a la hiperplasia o agrandamiento prostático que todos los varones adultos sufren”. El experto recuerda también que el antígeno prostático específico o PSA, “es un marcador inespecífico, y no todos los pacientes con elevación de este marcador padecen cáncer de próstata”.

Es aquí donde la resonancia magnética (RM) juega un papel fundamental, como destaca la Dra. Paula Pelechano, Médica Adjunta del Servicio de Radiodiagnóstico del IVO. La RM, al establecer una categoría de sospecha (PI-RADS), permite dirigir la biopsia hacia las lesiones sospechosas, evitando biopsias innecesarias y mejorando la rentabilidad diagnóstica.

Para diagnosticar este tipo de tumor en fases incipientes, en España existen programas de detección precoz dirigidos a varones a partir de los 45 años. Como señala el Dr. Casanova, la prueba permite marcar un seguimiento diferenciado por grupos de riesgo y consiste en una exploración sencilla como el tacto rectal y un análisis de sangre convencional para detectar el nivel de PSA. “Se trata de una prueba equiparable a las que se realizan para la detección precoz del cáncer de mama en la mujer, que cada vez tiene mayor adherencia entre los hombres”. Y recuerda la importancia de visitar una vez al año al urólogo “para la interpretación de cualquier síntoma y signo de una manera adecuada y precisa”.

El Dr. Casanova destaca, además, que los avances en pruebas de imagen como la resonancia y el PET, combinados con el PSA, “permiten un diagnóstico más preciso del cáncer y evitan muchas biopsias innecesarias”. Destaca que el IVO cuenta con un programa de Diagnóstico Precoz Oportunista para el Cáncer de Próstata mediante un tacto rectal y una analítica de sangre para determinar el PSA. “Ante un tacto sospechoso y dos PSAs por encima de 4 ng/ml se realiza una resonancia magnética y se aborda en un Comité Uro-Radiológico donde se perfila la necesidad de biopsia y, en caso de hacerla, si es con fusión”.

En este sentido, el jefe del Servicio de Urología del IVO recuerda que la biopsia de fusión, procedimiento para obtener una biopsia que combina las imágenes por resonancia magnética y una ecografía para crear imágenes tridimensionales detalladas de la próstata, ha sido uno de los principales “hitos” en el diagnóstico del cáncer de próstata. “Actualmente, somos capaces de ‘navegar’ por la próstata y tomar muestras de las áreas sospechosas según la resonancia. No sólo diagnosticamos antes, sino que también caracterizamos mejor el tumor y podemos ajustar de manera más precisa la opción terapéutica adecuada”, afirma el experto.

En palabras de la Dra. Ana Calatrava, jefa del Servicio de Anatomía Patológica del IVO, la biopsia es fundamental para confirmar la existencia de cáncer y determinar sus características histológicas. “La valoración conjunta de la biopsia y la resonancia permite escoger la opción terapéutica más adecuada para cada paciente y en cada momento de la enfermedad”. Actualmente, hay ensayos clínicos que exploran la posibilidad de confirmar la existencia de cáncer de forma inmediata mediante microscopía confocal, permitiendo el tratamiento en el mismo acto quirúrgico que el diagnóstico.

Factores de riesgo

La mayoría de los más de 30.000 nuevos casos de cáncer de próstata que se detectarán este año se diagnosticarán en varones de edad avanzada, con un 90% de los pacientes mayores de 65 años y una edad media de diagnóstico de 75 años.

Como explica el Dr. Jose Antonio López Guerrero, jefe del Servicio de Biología Molecular del IVO, en cierto modo existe cierta predisposición genética a desarrollar este tipo de cáncer, pero no todos los casos tienen origen hereditario. “Existen dos escenarios a nivel familiar que aumentan el riesgo de padecer un cáncer de próstata: el que se presenta en el contexto de una familia en el que existe una cierta agregación de casos, que es el denominado cáncer de próstata familiar y ocurre en aproximadamente el 20% de los casos; y por otro lado, tendríamos el cáncer de próstata hereditario, menos frecuente y es el responsable de aproximadamente el 5% de los casos de los cánceres de próstata diagnosticados”. Y matiza: “En comparación con los casos esporádicos, el cáncer de próstata hereditario se caracteriza por un inicio a edad temprana, un comportamiento del cáncer más agresivo con un mayor riesgo de recaída tras la cirugía”.

La importancia de un abordaje integral y multidisciplinario

Tal y como señala el Dr. Miguel Ángel Climent, jefe clínico del servicio de Oncología Médica del IVO, una vez se confirma el diagnóstico de cáncer de próstata, “el primer paso es determinar si el cáncer está localizado”. Para ello, se utilizan pruebas diagnósticas de extensión como la del TAC, el rastreo óseo y el PET.

En los casos en los que el tumor está localizado en la próstata existen numerosas opciones de tratamiento, que van desde la Vigilancia Activa y la terapia focal (tratamiento dirigido exclusivamente al tumor intraprostático) a tratamientos más radicales como la cirugía o la radioterapia. La elección del tratamiento depende de las características del paciente, como su edad y otras enfermedades que pueda tener, así como del tamaño y la localización del tumor”.

En el caso de tumores con metástasis, el Dr. Climent subraya que el tratamiento fundamental sigue siendo las terapias hormonales antiandrogénicas (tratamientos que bloquean la acción de los andrógenos, hormonas masculinas). Para este tipo de casos, se dispone además de tratamientos con quimioterapia, isótopos radiactivos como el Ra223, radioconjugados como el Lutecio-PSMA, o tratamientos que actúan cuando hay presencia de determinadas alteraciones genéticas en el tumor. “Todos estos tratamientos han mostrado resultados prometedores, aunque aún estamos determinando en qué situaciones clínicas obtienen los mejores resultados”, y añade: “Cada paciente es único, y nuestro objetivo es ofrecerle el tratamiento más adecuado según sus características y la situación específica de su enfermedad”.

La radioterapia en el tratamiento del cáncer de próstata

¿Qué papel desempeña la radioterapia en el tratamiento del cáncer de próstata? Como expone el Dr. Leoncio Arribas, jefe del Servicio de Oncología Radioterápica del IVO, la radioterapia “es muy eficaz” en la mayoría de los estadios de la enfermedad. De esta manera, en fases iniciales de bajo riesgo, “la Braquiterapia es una alternativa a la cirugía, con unos resultados en la experiencia del IVO a 10 años por encima del 90%”.

En relación con los estadios de riesgo intermedio, el Dr. Arribas explica que tanto la Braquiterapia como la radioterapia externa, solas o combinadas entre sí, o con hormonoterapia, siguen constituyendo las mejores opciones terapéuticas. Para casos localmente avanzados, el experto destaca los resultados de combinar la radioterapia con la hormonoterapia. Asimismo, el Dr. Arribas recuerda el papel que juega la radioterapia para el tratamiento del dolor provocado por metástasis óseas, cerebrales, etc. “El IVO cuenta con una amplia experiencia que le permite ofrecer a cada paciente el tratamiento radioterápico que más se adecua a sus necesidades, tanto a nivel de radioterapia externa como de braquiterapia”, destaca el facultativo.

Los beneficios de la cirugía robótica

La cirugía robótica constituye uno de los mayores avances para el tratamiento quirúrgico radical del cáncer de próstata. En este sentido, el Dr. Álvaro Gómez-Ferrer, jefe clínico del Servicio de Urología del IVO, destaca “la reducción del dolor en la fase postoperatoria y, en general, una recuperación funcional más rápida con estancias hospitalarias más breves”, entre las principales ventajas que ofrece al paciente.

Para el cirujano, proporciona “precisión quirúrgica, visión aumentada en 3D, y una mejor ergonomía”, lo que mejora los resultados funcionales de la prostatectomía y minimiza las complicaciones quirúrgicas ofreciendo unos resultados oncológicos excelentes.

Avances e investigación

Entre los avances en materia de tratamiento, los expertos ponen sus esperanzas en la inmunoterapia: “No tenemos todavía resultados importantes que permitan la generalización de estos tratamientos en este cáncer, pero hay muchos ensayos clínicos en marcha de los que se espera que tengan buenos resultados y podamos disponer de nuevas alternativas de tratamiento para estos pacientes”, explica el doctor Climent.

Asimismo, el jefe clínico del servicio de Oncología Médica del IVO destaca la importancia de tener en cuenta los síntomas reportados por el paciente, la cifra de PSA obtenida en un análisis de sangre y el grado de agresividad histológica del tumor obtenido en la biopsia. Y añade: “En los últimos años se han desarrollado nuevas pruebas diagnósticas más sensibles para detectar las posibles localizaciones de las metástasis, como son el PET colina o el PET PSMA, que tienen indicación según la situación de la enfermedad”.