Cáritas Barcelona alerta de que ya “ha tocado techo”

Cáritas Barcelona alerta de que ya “ha tocado techo”

Ante las cifras registradas en 2023,
Cáritas Diocesana Barcelona alerta acerca del contexto de necesidades crecientes en el que nos encontramos, donde las desigualdades se
han incrementado y en el que las personas con menos recursos no han
podido podido recuperar los niveles previos a la gran recesión. Y ante esta situación, la entidad se siente desbordada e incapaz de dar respuesta a la elevada demanda de atención.

En este sentido, señalar que el año
pasado, Cáritas de Barcelona atendió a 20.379 hogares, en los que residían 44.526 personas. Y pese a que éstas cifras son similares a las de
2022, ya que el incremento de un año al otro fue solo de un 1%, resulta significativo que
del total de hogares, un 52% fueron atendidos por primera vez.

En cuanto al perfil del beneficiario,
el 60% fueron mujeres, el 45% de las personas vivían solas, un 55% se encontraba en situación irregular y 14.984 procedían de países en conflicto. Además, el 40% de
las familias contaban con niños y/o adolescentes, lo que a ojos de Miriam Feu, jefa de análisis social e incidencia de Cáritas Barcelona, pone de manifiesto que “tener un niño o adolescente en el hogar es un factor de riesgo de pobreza”

Exclusión residencial

La vivienda sigue siendo uno de los
problemas estructurales más importantes. De hecho, el 72% de las
familias atendidas por Cáritas Barcelona en 2023 no disponía de una
vivienda digna y, de éstas, más de la mitad, el 51%, se encontraba en situación de realquiler, algo que no había sucedido nunca antes. Estos datos tienen especial trascendencia ya que, como recordó Eduard Sala, director de Cáritas Barcelona, durante la presentación de los datos del año pasado, “no se puede hacer un proyecto de vida sin tener una vivienda garantizada”.

En este contexto, con su intervención,
la institución evitó que 3.696 personas se quedasen en la calle
y ello fue posible gracias a las cerca de 2.000 plazas en pisos familiares, compartidos y centros residenciales que, junto con la fundación Vivienda Social, puso a disposición de las familias más vulnerables y los casi 1,3 millones de euros que
destinó a ayudas a la vivienda, los cuales representaron el 64% del total de ayudas, que ascendió a 2.042.973 euros y se repartió entre 4.420 beneficiarios. La segunda partida económica más importante fue la que se destinó a los alimentos, que alcanzó los 635.324 euros.

Ante esta situación, Cáritas alerta,
además, que hoy en día el disponer de un empleo no es
necesariamente garantía de una salida de la situación de pobreza.
En este sentido, los datos de 2023 reflejan que el 78% de las
personas en edad laboral atendidas se encontraban en el paro y en
proceso de buscar trabajo. En este ámbito también incide la
actividad de la entidad, que el año pasado ofreció formación a 1620 personas y favoreció que otras 1.385 encontraran trabajo.

Más dinero y acción política

En lo relativo a lo que llevamos de año, la institución ya ha detectado un crecimiento progresivo de la llegada de personas inmigrantes, muchas de ellas solas, así como un incremento de la exclusión residencial, lo cual resulta especialmente alarmante en tanto en cuanto Cáritas Barcelona está ya al límite de su capacidad de atención. “No podemos crecer más, hemos tocado techo”, aseguraba Sala, quien establecía un símil cinematográfico para explicar la situación. “El Titantic continúa hundiéndose y nuestra barquita ya está llena”, aseguraba para a continuación insistir en que “Cáritas necesita más recursos”.

Y es que, mientras la demanda de ayuda va en aumento, los donativos decrecen. Así, en 2023, las aportaciones de empresas, fundaciones y entidades cayeron un 12% respecto al año anterior. En consecuencia, el año pasado, la entidad dispuso de 23 millones de euros de recursos aplicados, de los cuales un 76% procedieron de financiación privada.

Tal es el panorama que, como avanzó Sala, es posible que en los próximos años “Cáritas de Barcelona tenga que reducir las ayudas intensivas para poder ampliar la capacidad de espacios de acompañamiento y redes de apoyo”. De hecho, en la actualidad, “ya hemos de decir varias veces que no podemos ofrecerles ayuda a personas que acuden a nosotros”.

Por todo ello, la entidad insiste en la necesidad de que la administración asuma el rol que le corresponde en la lucha contra la pobreza y el apoyo de las familias en situación de vulnerabilidad. “Estamos haciendo un trabajo que no nos toca cubriendo el vacío de la administración”, denunciaba Sala para a continuación exigir ” un acuerdo en políticas sociales que necesitan consensos, más allá de los gobiernos de turno o de los colores de la administración que toque”. “Hemos de asegurar que el Titanic tenga barcas para todo el mundo”, concluía.