Carolina Marín: “No vengo a París a ver la Torre Eiffel, vengo a ganar una medalla”

Carolina Marín: “No vengo a París a ver la Torre Eiffel, vengo a ganar una medalla”

“Parece que estoy un poco loca”, dice Carolina Marín, “y quizás lo esté”. Presidida por la imagen de la Virgen del Rocío que cuelga de su cuello, abandona con paso firme el pabellón de La Chapelle. Este es el suburbio más deprimido de cuantos acogen una sede olímpica en París. Por megafonía suena un ritmo funk: Je Danse La Mia. Esto es rap. Es bádminton. Roland Garros queda muy lejos. La japonesa Aya Ohori, décima del ránking, sometida a una lluvia de raquetazos, llora desconsolada. La española juega la semifinal hoy a las 8:00 de la mañana contra la china Bing He tras un partido sublime: 21-13 y 21-14. Cincuenta minutos sin interrumpir el soliloquio. A viva voz. Ante 7.000 personas y un puñado de jueces. Enajenada, solo en apariencia, en el complejo ritual que practica para controlarse a sí misma, controlar el partido, y someter al adversario.

Seguir leyendo

Please follow and like us:
Pin Share