Científicos chinos deshielan más de 1.700 tipos de virus prehistóricos… ¿podrían infectarnos?

Científicos chinos deshielan más de 1.700 tipos de virus prehistóricos… ¿podrían infectarnos?

No estamos seguros, pero algunas hipótesis
sospechan que los virus son anteriores a la propia vida, otras proponen que son
tan antiguas como ella. Sea como fuere, no llegaron ayer, y podríamos decir
que aprovechan el tiempo mucho mejor que nosotros. Se reproducen y mutan a
velocidades de vértigo. De hecho, su ciclo reproductivo
(si podemos llamarlo así), va de unas pocas horas a más o menos tres días. Si
los seres humanos llegamos a la madurez sexual durante la adolescencia,
podríamos decir que sus generaciones se suceden casi 2000 veces más rápido que
las nuestras. Y, por eso, las historias que nos pueden contar los virus del
pasado
son infinitas.

Se han adaptado a todo tipo de cambios y de hospedadores
y en sus genomas han dejado la huella de aquellos tiempos, como testigos mudos
de nuestra historia y las vidas que precedieron a la nuestra. Por eso es tan
relevante que un grupo de investigadores de China y Estados Unidos hayan identificado
1.705 “tipos de” virus diferentes de hasta 41.000 años de antigüedad congelados
en el glaciar Guliya, en la meseta del Tíbet. Los estudios genéticos
revelan que el 97% de los genomas virales encontrado eran completamente
desconocidos para la ciencia y, por la profundidad a la que se encontraban, los
investigadores han podido deducir que pertenecen a 9 periodos diferentes a lo
largo de tres glaciaciones y deshielos. Ahora bien… ¿podríamos estar abriendo
una caja de Pandora?

¿Otra pandemia?

En principio no hay de qué alarmarse a pesar de los
titulares con los que muchos periódicos han encabezado este artículo.
Lo de “virus zombis”, por supuesto, no aparece en el artículo original publicado
en Nature Geoscience y los virus recuperados están perfectamente
custodiados. Cierto es que en 41.000 años el ser humano no ha cambiado
demasiado y que, si alguno de ellos era capaz de infectarnos, lo lógico es que
siga siendo capaz de “abrir las cerraduras” de nuestras células hoy en día.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que solo una pequeñísima parte de la
inmensidad de virus
que existen en el planeta es capaz de infectarnos, al resto le damos
exactamente igual. Es más, incluso buena parte de los que nos pueden
infectar no nos causa el menor problema sanitario.

En concreto, estos 1.700 vienen de un glacial en el Tíbet,
una zona recóndita y de difícil acceso donde es incluso más improbable
encontrar virus
cuyo “ciclo reproductivo” necesitara infectar humanos. Para hacernos una
idea, los científicos perforaron el hielo para extraer un cilindro de 300
metros de profundidad y 10 centímetros de diámetro que partieron en fragmentos
más manejables y, para traerlo a la civilización, tuvieron que montarlos en unos
pequeños bóvidos peludos llamados yak que los sacaron de la cordillera y camiones
congeladores que continuaron el traslado hasta el aeropuerto más cercano.
Posteriormente, los montaron en aviones para llevarlos a los centros de
investigación. Parece ridículo preocuparse por la infectividad de estos
virus cuando estamos fomentando el salto de patógenos animales a humanos con
otras actividades humanas mucho más mundanas y masivas.

10 años de trabajo

Es más. Si queremos quedarnos totalmente tranquilos, hay un
dato especialmente interesante. En realidad, estos virus no fueron descubiertos
ayer. El núcleo de hielo de 300 metros fue extraído en 2015. Hace casi 10
años de aquello y no hemos desencadenado ninguna pandemia prehistórica.
Porque, mal que les pese a algunos, la COVID-19 fue una variante del
coronavirus perfectamente natural. Y, si jugamos bien nuestras cartas, esta
investigación no solo será inofensiva, sino que nos podría ayudar a enfrentar nuevas
pandemias. El estudio apunta que, durante los periodos fríos, la
variabilidad de los virus era menor, mientras que, en los cálidos, aumentaban
las diferencias entre cepas.

Una información especialmente interesante si tenemos en
cuenta que nosotros salimos de la glaciación de Würm hace tan solo 9.700 años y
que, por si fuera poco, estamos contribuyendo a acelerar el calentamiento del
planeta. Al menos, esta es la información que podemos simplificar, pero la
cantidad de datos que han obtenido los investigadores es riquísima y ofrece
mucha información con la que seguir estudiando la naturaleza de estos virus
durante décadas.

QUE NO TE LA CUELEN:

En todo caso, el peligro cuando hablamos de virus prehistóricos
no se debe a que un equipo de investigadores desentierre un millar de ellos. Lo
realmente problemático puede venir del deshielo que esta teniendo lugar por el
cambio climático del que somos responsables. Durante este proceso pueden
quedarse expuestos muchísimos más virus. Así que, aunque es incierto determinar
cómo de peligroso puede ser este deshielo de virus y microorganismos, si lo
entendemos como una compra de papeletas, son muchas más las que adquirimos con
el cambio climático que con una investigación en el Tíbet.

REFERENCIAS (MLA):

Zhong, ZP.,
Zablocki, O., Li, YF. et al. Glacier-preserved Tibetan Plateau
viral community probably linked to warm–cold climate variations.
Nat.
Geosci. (2024). https://doi.org/10.1038/s41561-024-01508-z

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