Cómo desperdiciar una crisis

Cómo desperdiciar una crisis

Rahm Israel Emanuel, ahora embajador de los Estados Unidos en Japón y también ex-alcalde de Chicago, fue el primer Jefe de Gabinete de Barack Obama en la Casa Blanca. Muy influyente y casi todopoderoso, solía dejar en el aire un consejo genérico, quizá santo y seña de una manera de hacer política: «Nunca desperdicies una crisis». Bastante antes, Albert Einstein (1879-1955) ya había dicho que «las crisis son oportunidades para resolver conflictos». Pedro Sánchez, por un lado, y Alberto Núñez Feijóo, no está claro si comparten esa manera de hacer política o de pensar. El inquilino de la Moncloa se ha encontrado esta semana, casi de repente, con varios conflictos encima de la mesa. El juez Peinado seguirá con la instrucción del caso que implica a Begoña Gómez, dijera lo que dijera la ministra portavoz, Pilar Alegría, en su esperpéntica comparecencia pública del martes tras el Consejo de Ministros. Casi al mismo tiempo, era detenido Víctor de Aldama, personaje destacado de los enredos de Koldo García Izaguirre, que también salpican al ex-ministro Ábalos. Por último –por ahora– los líderes socialistas de Castilla y León, Tudanca, y Madrid, Juan Lobato, han aflorado sus diferencias con la dirección del partido, sobre todo con Santos Cerdán, Secretario de Organización del PSOE. Y no son los únicos.

En el PP, mientras tanto, también andan más que revueltos. Un error parlamentario –«cagada» dicen algunos con todas las letras– va a permitir la excarcelación temprana de medio centenar de etarras. El PSOE coló la disposición en verano y a última hora, pero eso no exime a los responsables del PP de haberlo detectado que, al mismo tiempo, se benefician de que a Vox también se le pasara por alto. El asunto, en última instancia, es intrascendente porque hubiera salido adelante igual con el apoyo de sus socios habituales. Sin embargo, para jolgorio socialista, ha generado una crisis interna entre los populares con reclamo de dimisiones, y no solo de los diputados implicados, sino más sonadas. Al final, todo quedará en nada, bueno en una «cagada» y el olvido hará su trabajo. Luego, Sánchez, siempre hábil, quizá intentará sacar provecho de la ocasión y Núñez Feijóo no debería desperdiciar esta crisis, según el consejo de Emanuel.

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