Cómo distinguir (y aprovechar) los malos libros de cocina

Cómo distinguir (y aprovechar) los malos libros de cocina

Aunque el verano sea esa estación tórrida en la que te da una pereza cósmica cocinar, nunca dispones de más tiempo para hacerlo que cuando estás de vacaciones. Por eso comprar libros de cocina o revisitar los que ya tienes para encontrar nuevas recetas parece una actividad estival apetecible, y desde luego más relajante que buscarlas en las pantallas a las que tantos estamos encadenados en nuestra vida laboral. Tiro piedras contra mi tejado online, El Comidista, pero aquí he venido a contar la verdad.

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