Cómo evitar el llamado “efecto submarino” al conducir y sus graves consecuencias

Cómo evitar el llamado “efecto submarino” al conducir y sus graves consecuencias

En la seguridad vehicular, cada detalle cuenta para proteger la vida de conductores y pasajeros. Uno de los aspectos fundamentales es el correcto ajuste y uso del cinturón de seguridad, una medida vital que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en caso de accidente.

El cinturón de seguridad, diseñado para mantener al ocupante firmemente sujeto al asiento, juega un papel crucial en la protección contra los impactos y colisiones en la carretera. Sin embargo, su efectividad depende en gran medida de cómo está ajustado y posicionado. Cuando el cinturón no se encuentra ajustado de la manera correcta, ya sea demasiado suelto o mal colocado, aumenta significativamente el riesgo de lo que se conoce como “efecto submarino”.

¿Qué es el efecto submarino?

Este fenómeno se produce durante una colisión severa cuando el cuerpo del ocupante no está bien sujeto por el cinturón de seguridad y se desliza hacia adelante y hacia abajo de la banda abdominal, cuentan desde la DGT. Esto puede llevar a que la persona impacte violentamente contra el volante, el salpicadero u otras partes del habitáculo del vehículo. Las consecuencias pueden incluyen lesiones graves como fracturas de huesos, hemorragias internas graves, daños en órganos internos, especialmente en el abdomen, además de lesiones en espalda y pelvis.

Las causas del efecto submarino son variadas e incluyen la posición del asiento, particularmente cuando está demasiado reclinado, lo que facilita el deslizamiento del ocupante bajo el cinturón de seguridad. Asimismo, un ajuste inadecuado del cinturón o un diseño deficiente del asiento pueden contribuir a este riesgo. En colisiones extremadamente severas, la fuerza de desaceleración puede superar la capacidad del cinturón para retener completamente al ocupante, aumentando aún más el peligro de efecto submarino.

¿Cómo evitarlo?

Para prevenir este efecto, es fundamental seguir algunas pautas. En primer lugar, asegurarse de que el cinturón de seguridad esté ajustado correctamente, sin estar ni muy suelto ni demasiado apretado. El cinturón debe estar posicionado adecuadamente sobre el cuerpo, asegurando que la banda abdominal quede firmemente ajustada sobre la cadera y el pecho del ocupante.

La DGT, por su parte, recoge las seis reglas de oro para que el cinturón de seguridad este siempre bien ajustado: banda diagonal debe pasar por el centro de la clavícula y la horizontal por debajo del abdomen; nunca debe estar retorcido; sin holguras; se deben evitar prendas voluminosas como abrigos; el asiento debe posicionarse casi en ángulo recto; y en caso de accidente, hay que cambiar el cinturón porque habrá perdido su eficacia.

Mantener el respaldo del asiento en una posición más vertical, nunca demasiado inclinado, puede reducir la probabilidad de que el cuerpo se deslice hacia adelante durante una colisión. Los vehículos modernos, equipados con cinturones de seguridad avanzados que incluyen pretensores y limitadores de fuerza, ofrecen una mayor protección al ajustar automáticamente la tensión del cinturón en caso de impacto, minimizando así el riesgo de efecto submarino.

Para evitarlo, es importante también no añadir ningún complemento al asiento, ya sean aislantes de bolas, riñoneras o almohadones.

Realizar un mantenimiento regular del sistema de retención del vehículo es recomendable, incluyendo los asientos y los cinturones de seguridad, para garantizar que funcionen correctamente en caso de emergencia.