Conciliar y trabajar en hostelería, misión imposible: “A veces pienso que no he tenido vida”

Conciliar y trabajar en hostelería, misión imposible: “A veces pienso que no he tenido vida”

“Es imposible conciliar la vida familiar y este trabajo”, lamenta Yeray Ortega, trabajador de 42 años en un hotel. Repite varias veces la misma palabra, “imposible”, tras chocar tantas veces con la misma pared. El muro se compone de muchas horas, ya que su sector registra las jornadas más largas de la economía española, pero lo que lo mantiene en pie es otra cosa. Es cómo se reparten esas horas, tan a menudo en jornadas partidas que absorben todo el día, y, sobre todo, la poquísima antelación con la que estos trabajadores conocen sus horarios. “Es imposible”, insiste, “organizarte para nada. Yo tengo un hijo y me cuesta mucho encajar las piezas. Hay sitios en los que no sabes cómo vas a trabajar una semana hasta el sábado o el domingo anterior. ¿Cómo se va a vivir así? No puedes ni organizarte para sacar al perro”. Y, para cerrar el círculo, cuando estos empleados libran el resto del mundo descansa. “Es muy difícil hacer planes con alguien un lunes o un martes”, lamenta este trabajador canario.

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Planes para mejorar

El debate sobre si habría que modificar los extraños horarios españoles, más allá de la hostelería, reaparece de vez en cuando. El tema está en la agenda del Gobierno. Ya en la legislatura pasada la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, comenzó a trabajar en una ley de usos del tiempo que no pudo aprobar por el adelanto electoral, pero que volvió a incorporar en el acuerdo de coalición de PSOE y Sumar. 

Para elaborar esta norma, Trabajo encargó un informe a más de 60 expertos multidisciplinares que elaboraron un documento exhaustivo que incluía hasta un centenar de propuestas, algunas también aportadas por interlocutores sociales, académicos o responsables públicos de distintos ámbitos. Entre otras cuestiones, recomienda terminar de trabajar a las 18.00; cerrar más pronto los comercios, entre las 17.00 y las 19.00; adelantar el horario del prime time televisivo de forma que termine a las 23.00 o retrasar el comienzo del horario lectivo de secundaria y universidades.

En lo que llevamos de legislatura no ha habido avances al respecto. Sí está en marcha la negociación para reducir la jornada ordinaria a 37,5 horas. De cumplir esta promesa, el Ejecutivo recortaría el tiempo de trabajo de la mayoría de los camareros. Esto es así porque en hostelería la jornada pactada media ronda las 39,4 horas semanales.

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