Conspiraciones, chapuzas y serpientes de verano

Conspiraciones, chapuzas y serpientes de verano

Karl R. Popper (1902-1994), el gran filósofo de la libertad del siglo XX, utilizaba un ejemplo tan provocador como popular para explicar a los no expertos el «falsacionismo», la teoría, desarrollada a partir de las ideas de David Hume (1711-1776), que defiende «que resulta imposible probar de manera definitiva que una teoría científica es cierta». «Una buena conspiración –afirmaba Popper– no se puede demostrar. Y si se puede demostrar, es que alguien se ha equivocado en algún momento». Quizá por eso, las conspiraciones –ciertas o no– son tan atractivas y legendarias. El Mises Institute, con sede en Auburn (Alabama), sostiene que ha habido una conspiración, en el Partido Demócrata americano, urdida para impedir que Joe Biden se presentara a la reelección y fuera sustituido por Kamala Harris. El Instituto Mises es una organización educativa dedicada a promover la enseñanza y la investigación sobre la escuela austriaca de economía, según las doctrinas liberales de Ludwig von Mises (1881-1973), eso sí, en su vertiente más libertaria, que algunos llegan a autodenominar anarco-liberalismo. Hace solo unos días, Ryan McMaken, economista y editor ejecutivo del Mises Institute, defendía la existencia de una conspiración de tecnócratas en la administración Biden para sustituirlo por Harris. No es el único, en los mismos ambientes ha circulado la idea de que el Partido Demócrata presentó a Biden a las primarias para evitar posibles candidatos populistas y radicales y, cuando no hubiera tiempo para nuevas consultas, retirar al actual presidente y lanzar la candidatura de la vicepresidenta. Todavía no hay pruebas para demostrarlo, como reclamaba Popper, pero la teoría está ahí. Es cierto que el Mises Institute se ha opuesto con fuerza las políticas de Biden, sobre todo a las económicas, pero tampoco comulga con muchas de las de Trump, sobre todo las intervencionistas. En España ha habido y hay conspiraciones, algunas fugaces y otras de más alcance. Todo lo ocurrido en las últimas semanas en Cataluña, con el esperpento de la aparición y nueva huida de Puigdemont, solo se explica con una conspiración que ha alumbrado un Gobierno, el de Illa, y dado aire al de Sánchez. Faltan pruebas, pero existen. Las serpientes del verano suelen quedarse en bulos y entretenimientos, pero a veces anuncian el futuro. Ahora casi todas miran a Cataluña y apuntan que el nuevo «procés» sigue adelante, pero hay otras sobre nombramientos y planes de Sánchez, todo a la espera de que alguien se equivoque como sugería Popper.

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