El fútbol francés se encuentra en medio de una de las mayores crisis televisivas de su historia reciente. DAZN, la plataforma que adquirió los derechos para transmitir ocho de los nueve partidos de la Ligue 1 cada jornada, ha quedado muy lejos de sus expectativas, alcanzando apenas 100.000 suscriptores, cuando su objetivo inicial era superar los 1,5 millones. La Ligue de Football Professionnel (LFP) y los clubes franceses se enfrentan ahora a una situación límite que podría desembocar en la ruptura del contrato en tan solo dos años.
El lanzamiento de DAZN en Francia fue criticado desde el principio por sus elevadas tarifas: 39,99 euros mensuales sin permanencia, o 29,99 euros con un compromiso anual. Los aficionados, ya cansados de pagar precios altos por seguir el fútbol, no respondieron como la plataforma esperaba. Ni siquiera una oferta temporal de 19,99 euros mensuales consiguió revertir la situación. Al mismo tiempo, el auge de las plataformas IPTV ilegales, que ya suman más de dos millones de usuarios en Francia, ha complicado aún más el panorama.
El contrato de DAZN con la LFP, valorado en 400 millones de euros anuales, está lleno de desafíos. Aunque el acuerdo fue firmado por cinco años, una de las cláusulas clave permite a la liga francesa romperlo unilateralmente si la plataforma no alcanza la cifra de abonados establecida en su segundo año. De continuar con cifras tan bajas, DAZN podría verse obligada a abandonar el proyecto antes de lo previsto, dejando a la LFP en una delicada posición financiera.
A esto se suma la situación de BeIN Sports, que transmite el partido restante de cada jornada por un acuerdo de 100 millones de euros. El canal qatarí aún no ha realizado el primer pago, exigiendo que la LFP cumpla una serie de condiciones comerciales que fomenten su marca en Francia. Esta falta de pago ha encendido las alarmas en varios clubes, que dependen de los ingresos televisivos para sus operaciones y para invertir en fichajes.
Con dos de sus principales operadores en crisis y una base de abonados que no crece como se esperaba, la Ligue 1 se enfrenta a un futuro incierto en términos de retransmisiones. Si no se encuentra una solución viable, el contrato con DAZN podría disolverse, y la LFP se vería obligada a buscar alternativas rápidamente para garantizar la visibilidad de la competición.
