Cristiano Ronaldo y el despertar del sueño

Cristiano Ronaldo y el despertar del sueño

El hermano menor admiraba mucho al hermano mayor y entre ellos se llamaban “nene”. Tanta devoción sentía, que la mañana en la que la policía irrumpió en la casa para detener al más pequeño, este dormía en la habitación del grande, que ya se había independizado. Muchos meses después, al entrar en aquel cuartito de unos seis metros cuadrados junto al padre de ambos, algo me deslumbró. Una imagen gigante colgada en el armario donde el más mayor de sus hijos realizaba una parada impresionante por la escuadra en un partido de cadetes en Madrid presidía el habitáculo. Recuerdo como si fuera ayer esa estirada. La recuerdo porque yo estaba aquel día en la otra portería y todos nos llevamos las manos a la cabeza cuando sucedió. Al verla en directo pensé que el sueño de ser futbolista pasaba por paradas como aquella. Me acuerdo además de ver esa imagen durante años en el perfil del chico en la red social Tuenti y analizarla una y otra vez. Cuando le comenté esto al padre, el hombre no podía creérselo. En medio del gran drama familiar que vivía en ese momento por la condena del menor, el fútbol —eje central de su relación con sus “nenes”— lo devolvió a la vida. De pronto se activaron los recuerdos e hizo un repaso de la trayectoria de ambos. Regresó durante unos minutos a esos momentos donde las cosas todavía estaban bien y las ilusiones de sus hijos, y la suya propia, aún eran posibles. El hijo mayor había pasado por la cantera de grandes clubes de Primera y Segunda División con un rendimiento bastante notable. Me comentó que después de jugar en las mejores categorías inferiores del fútbol español, se retiró en Tercera, desilusionado, con veintipocos años, mientras algunos de sus excompañeros alcanzaban la élite.

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