Jordi González, presentador del programa ‘D Corazón‘ de TVE, no ha podido contener su frustración tras un inesperado plantón de un conocido restaurante. El local en cuestión, propiedad de Íñigo Onieva, había acordado hace un mes la realización de un reportaje con el programa, pero canceló la grabación menos de 24 horas antes de la cita.
El restaurante de Onieva ha sido objeto de opiniones mixtas desde su apertura. Mientras algunos lo califican de “pretencioso” y critican la actitud del propietario, otros defienden su calidad, describiéndolo como “fenomenal”. En un intento por verificar estas opiniones, el equipo de ‘D Corazón’ había concertado una visita para hacer un reportaje, propuesta que inicialmente fue aceptada por los responsables del local.
Anne Igartiburu, copresentadora del programa, explicó la situación al público antes de ceder la palabra a la periodista Clara Rivas, quien detalló que la cancelación se debió a que el restaurante ya cuenta con una clientela fiel y no desea atraer más atención negativa a través del reportaje. “Nos dijeron que no quieren abrir la veda a más ruido negativo a causa de esta entrevista”, explicó la periodista, expresando su incomprensión ante la decisión del restaurante.
Ante esta situación, Jordi González estalló en directo, criticando duramente la respuesta del restaurante. “Quien haya respondido así es tonto, tonta o tonte. Es una malísima respuesta porque da por hecho que los vamos a decepcionar”, declaró el presentador. Además, lanzó una advertencia: “Pronostico que, antes de medio año, nos van a pedir que vayamos y, entonces, nosotros ya tendremos algo que hacer”. La reacción no se detuvo ahí. Alba Carrillo, colaboradora del programa, comentó con ironía: “Al menos ya hay algo fiel en torno a Íñigo Onieva, que es su clientela. Yo con eso me doy con un canto en los dientes”. Por su parte, Euprepio Padula calificó la cancelación de “absurda”, mientras otros colaboradores también expresaron su descontento sin miramientos.
Sin embargo, Anne Igartiburu intentó suavizar las críticas, destacando la calidad de los platos del restaurante. “Nos cancelan hacer una cata en el restaurante y todos nos ponemos contra el restaurante… Pero si todos los platos tienen una pintaza”, defendió Igartiburu. En respuesta, Padula aclaró que lo que estaban criticando era “la mala educación” de la cancelación.
