¿Cuántos caballos existen aún en el Ejército de Tierra español y cómo y dónde se crían?

¿Cuántos caballos existen aún en el Ejército de Tierra español y cómo y dónde se crían?

El arma de Caballería ha sido, a lo largo de la historia, una de las más importantes de las Fuerzas Armadas españolas y, aunque con el paso del tiempo las tropas montadas fueron perdiendo protagonismo hasta desaparecer como unidades de combate, no es menos cierto que la cría y fomento de caballos sigue en el ADN de nuestros ejércitos y, así, aún hoy en día sigue jugando un papel fundamental.

Fue en el siglo XV cuando los Reyes Católicos deciden crear la Yeguada Real a base de la Yeguada de la Orden de Santiago ya existente y se instalan en los bosques de Aranjuez. Posteriormente, Felipe II dirige al corregidor de Córdoba una Real Cedula ordenando la construcción de una Caballeriza Real, en base a las del rey Almanzor, para encuadramiento de sementales selectos. Estas instalaciones formaron parte del 4º Depósito de Sementales de Córdoba perteneciente al Servicio Cría Caballar hasta finales de los años 90.

En 1659 Felipe IV crea la Real Junta de Caballería para coordinar todas las actividades relacionadas con la Cría Caballar en España aunque, tras la Guerra de Sucesión, a principios del siglo XVIII, desapareció. Ya con los Borbones en el trono, Felipe V vuelve a reorganizar la citada Real Junta dando lugar a la primera remonta del Ejército, esta sí, bajo una clara inspiración castrense. Fernando VI incluye entre sus Reales Cedulas la inspección de paradas regulando el denominado Servicio de Paradas Caballares y Mulares.

Su sucesor, Carlos IV incorpora a la Real Junta de Caballería la Escuela de Veterinaria creando la Junta Suprema de Caballería del Reino presidida por don Luis de Godoy. Sin embargo, sería en 1864 cuando nace la la actual Cría Caballar de las Fuerzas Armadas, con el objetivo de finalizar el periodo de anterior ineficacia y considerando que el Departamento de la Guerra y en concreto el Arma de Caballería, donde se encontraba el personal más idóneo para hacerse cargo de todo lo concerniente a la cría caballar, se deposita en este Departamento la responsabilidad de la misma.

Poco después nace la Yeguada Militar de Córdoba que asume entre sus principales misiones la reconstrucción del caballo de Pura Raza Española. Paralelamente a Cría Caballar fue creado el Servicio de Remonta, con cuatro establecimientos: Granada, Córdoba, Jerez de los Caballeros y Morón, todo ello bajo la dirección de un Brigadier de Caballería, dependiendo del Inspector del Arma de Caballería.

La tercera acción para completar la mejora de la cabaña nace en 1883 con la creación del Registro Matricula, dentro del negociado de Agricultura y en 1897 se crea la Junta de la Cría Caballar del Reino por decreto de 24 de febrero que será presidida por un Capitán General o Teniente General del Ejército. Dicha Junta incorpora representantes del Ministerio de Fomento y ganaderos particulares.

En lo referente a instalaciones el 26 de junio de año 1893, se crea por Real Orden Yeguada Militar instalándose en la dehesa de Moratalla.

Desde entonces, han sido muchos los cambios organizativos sufrido, pasando en muchos casos las competencias a otros ministerios, como el de Fomento. En 1982 mediante Orden Ministerial Cría Caballar pasa a depender de la subsecretaria de Defensa mientras que el Servicio de Remonta continúa dependiendo del Cuartel General del Ejército de Tierra, hasta la promulgación de la OM. 17/1995 de 30 enero en la que pasaría a la estructura de Cría Caballar.

El Real Decreto 701/2013, de 20 de septiembre, de racionalización del sector público, procede a extinguir el Organismo Autónomo de Cría Caballar de las Fuerzas Armadas, cuyo Estatuto se aprobó por Real Decreto 1664/2008 de 17 de octubre. Todas las funciones y competencias de este Organismo Autónomo serán asumidas, a partir del 01 de enero de 2014, por la Secretaría General Técnica del Ministerio de Defensa.

En cualquier caso, Cría Caballar mantiene la vocación y esencia con la que nació allá por 1864, «ante el estado de notoria postración», como dice el Real Decreto en su exposición de motivos, en el que se encontraba la cría caballar en aquel momento. Esta vocación de conservación, mantenimiento y mejora de las principales razas nacionales, especialmente del pura raza español, pero también del pura sangre inglés, del pura raza árabe, de la hispano-árabe, la anglo-árabe y del caballo de deporte español, ha guiado siempre su trabajo.

En la actualidad, según explicaba en un artículo el coronel Jesús Ángel García Lidón, que fuera subdirector General de Administración Periférica, un millar de caballos de las distintas razas puras de silla se encuentran en los seis Centros Militares de Cría Caballar existentes a lo largo de la geografía española: en Ávila, Écija (Sevilla), Jerez de la Frontera (Cádiz), Lore Toki (San Sebastián), Mazcuerras (Cantabria) y Zaragoza, y otros 500 adscritos y prestando servicio en la Guardia Real, en el Ejército de Tierra (para formación en la Academia General Militar y para deporte en sus diferentes aulas hípicas), en la Guardia Civil y en la Policía Nacional.

Hay que incrementar esa cabaña en casi otro centenar de caballos de tiro bretones e hispano-bretones y en medio centenar de asnos de las razas andaluza, catalana y zamorano-leonesa. Razas asnales que deben su supervivencia a Cría Caballar, desde que en los años 70 del siglo pasado y al borde de la desaparición, como consecuencia de la mecanización del campo, nacieron los cuatro primeros ejemplares en las instalaciones militares, asegurando su mantenimiento hasta ahora.

Cabe destacar también la importancia que tiene la cría y socialización canina que se lleva a cabo en el Centro Militar de Cría Caballar de Ávila, desde donde se dota de extraordinarios ejemplares de las razas pastor alemán, pastor belga malinois y labrador retriever, a distintas unidades y organismos para el cumplimiento de sus misiones. Paralelamente, es importante destacar el patrimonio material, genético y cultural que este organismo ha acumulado a lo largo de su historia.

No hay que olvidar tampoco, que, además de sus labores en las unidades militares, los equinos dependientes de Cría Caballar también prestan su apoyo para otras labores en nuestra sociedad, como a la rehabilitación de personas con algún grado de discapacidad, la realización de prácticas de hipoterapia; en el ámbito de la enseñanza, con convenios en vigor para prácticas de los alumnos de veterinaria en los centros; el apoyo al deporte hípico nacional a través de las Federaciones y organismos públicos y como referencia para las distintas asociaciones de caballos de pura raza en cuanto a la genética de nuevos productos, derivada de los 95 años (1912-2007) en los que Cría Caballar de las Fuerzas Armadas fue la responsable de los libros genealógicos.

Con el objetivo de mejorar la calidad de los productos, se efectúa una constante selección de los reproductores, atendiendo, según las razas, a sus genealogías, morfología y resultados en la contrastación. Dicha contrastación se realiza mediante la competición, tanto en los Ciclos de Caballos Jóvenes oficiales (Saltos, Doma y Completo) como en la alta competición (Saltos, Doma, Completo, Enganches y Carreras).

Otra de las tareas importantes de este organismo es la preservación de determinado oficios que giran en torno al caballo y que en muchos casos se están perdiendo. Así, en sus distintas instalaciones se imparten cursos con los que se obtiene un certificado de profesionalidad, entre ellos dos de oficios certificados como especialidad para militares que son los de herrador y guarnicionero, el de paradista (el suboficial que se encarga de la extracción de semen y de la inseminación) y el de enganches.

En cuanto al Arma de Caballería actual en el Ejército de Tierra, atrás quedaron los caballos que le dan nombre y actualmente es un arma de combate que, según el propio Ejército de Tierra, “está organizada equipada e instruida para desempeñar misiones que exijan un alto grado de capacidad de maniobra y potencia de combate, siendo particularmente apta para actuar en forma independiente y a considerable distancia de los gruesos. Su misión principal y fundamental es integrar las fuerzas de combate que procuran la imposición de la voluntad propia sobre la del enemigo, informando, proporcionando seguridad y combatiendo, en beneficio o integrando la masa principal. La mision de informar la cumple mediante el reconocimiento. La de seguridad por la cobertura, la protección, la vigilancia y el contra reconocimiento. Y combate para destruir o desgastar al enemigo mediante acciones ofensivas o defensivas”.

Please follow and like us:
Pin Share