Daniel Sancho y la habitación del pánico en la que descuartizó a Edwin Arrieta

Daniel Sancho y la habitación del pánico en la que descuartizó a Edwin Arrieta

Existe un tipo de turismo que centra su interés en aquellos
enclaves marcados por la tragedia, donde se han producido muertes violentas con
gran repercusión mediática. Tailandia goza desde hace un año de un nuevo punto
de encuentro para los amantes del “turismo dark”, como así se denomina. Desde
que el pasado año Daniel Sancho asesinase y descuartizase a Edwin Arrieta, son
cada vez más los que deciden emplazar sus vacaciones no solo en su isla, sino
más concretamente en la habitación B.6 del complejo de bungalós Haad Salad
Villa, a orillas de la playa de Salad Beach. La demanda por ocupar dicha
estancia ha crecido considerablemente y no precisamente por estar rodeado de un
gran encanto natural o por las paradisiacas playas que vaya el complejo.

El pasado mes de agosto de 2023, el hijo de Rodolfo Sancho ingresaba en prisión por dar muerte y cortar en pedazos al cirujano colombiano
con el que mantenía una extraña relación sentimental, de amistad y de negocios.
Una acalorada discusión terminó por yéndose de las manos cuando el joven chef
golpeó hasta la muerte a su compañero de viaje, para después degollarle y
cortarle en trozos para diseminar su cuerpo por la isla. Trató de eludir su
responsabilidad del crimen, alegando ser la víctima de acoso, amenazas y feos
episodios que no ha podido mostrar. En su contra están otras muchas pruebas
recabadas en la escena del crimen, conocida ya como la “habitación del pánico”.
Un atractivo para los más morbosos.

Cada vez son más los turistas que se interesan por la
habitación B.6 del citado complejo hotelero tailandés. No les hace falta
demasiadas indicaciones para quedársela, pues la han visto infinidad de veces
en televisión, en las imágenes que han trascendido de la reconstrucción de lo
sucedido aquella fatídica noche del 2 de agosto de 2023. Como cabría esperar,
este aumento en la demanda ha subido el precio, estando fijado antes la
estancia en los 15 euros por noche, pasando ahora a los 70 euros por este
macabro valor añadido. Sin embargo, pese a que llame más la atención por ser
donde vivió sus agónicos últimos instantes Edwin Arrieta, la habitación es un
regalo para los sentidos y hace las mieles de los visitantes, al incluir un
jardín y un balcón privado.

Eso sí, los responsables del hotel han decidido prohibir que
los turistas españoles se hospeden ahí, tras retirarse el precinto policial al
acabar las pesquisas, el recabado de pruebas y la posterior limpieza a fondo de
la sangre. Una tarea, por cierto, más sencilla de lo que se creía en un primer
momento pues, tal y como se ha conocido recientemente, Daniel Sancho plastificó
previamente la estancia para que ninguna gota de sangre le delatase. Se
preocupó de proteger de manchas las paredes, el techo y el suelo, así como el
mobiliario. Lo hizo con el papel transparente que compró en los almacenes de
Koh Phangan el día anterior. Así, convocó a Edwin a esa habitación que alquiló
él a espaldas de su amigo que, al llegar y ver que estaba todo plastificado,
seguramente se temió lo peor. Después se le vio a Daniel salir del cuarto
cargando bolsas de plástico y de deporte, que fue dejando esparcidas por la
isla. Un punto que juega en su contra a la hora de recibir la sentencia el
próximo 29 de agosto, cuando se sentará frente al juez para escuchar el veredicto.

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