Resopla Roberto Bautista a media tarde, cuando ya ha empezado a caer el sol en Londres. Y lo celebra porque el logro (6-3, 6-1 y 6-4 a Maximiliam Marterer, en 1h 49m) bien lo merece: era más un de un año sin saborear la victoria en un gran escenario, desde que batiera en la arena de Roland Garros al chino Yibing Wu. De entonces ahora, demasiado sube y baja, diversos problemas físicos y una caída en el ranking que le ha relegado al puesto 112º; una circunstancia completamente anómala, teniendo en cuenta la calidad del tenista (36 años) y su indiscutible permanencia entre los veinte mejores del circuito durante prácticamente una década. Así que lo disfruta y enfila ahora —previo rodaje en s’Hertogenbosch (octavos), Halle (fase previa) y Mallorca (cuartos)— hacia el italiano Lorenzo Sonego; con la misma prudencia de siempre, pero de alguna forma liberado.
De Bautista a Osaka, la doble historia de un volver (a ganar)
