De Fran a Samantha: la reivindicación travesti a golpe de pelucón, brillantina y taconazo

De Fran a Samantha: la reivindicación travesti a golpe de pelucón, brillantina y taconazo

La invocación surte efecto en algún momento entre la sombra que eleva el ojo hasta la hipérbole y esas tupidas pestañas postizas negro azabache. Fran Sánchez, ese gaditano de 38 años que cinco horas antes empujaba veloz su maletón en la estación de Santa Justa de Sevilla en su escala Madrid-Cádiz, se ha esfumado. Frente al espejo, “el humano casero, divertido y cariñoso”, como él se describe, ha dado paso a “la travesti petarda, amiga de fiesta, pero capaz de soltarte un speech reivindicativo”. Diva cual Madonna, curvilínea como Jessica Rabbit, obsesionada por su imagen al estilo Sara Montiel, poderosa cual Bruja Malvada; Samantha Ballentines impone en las distancias cortas. La drag que comenzó a 20 euros el bolo en pubs perdidos de Cádiz y ahora se pasea por el estrellato del travestismo español, lo mismo lanza besos al espejo que pone firme al cámara como se le ocurra sacarla con mala luz. En definitiva, “una tía chulísima, ¡y punch!”, exclama recurriendo a una de esas coletillas que la han hecho reconocible.

Seguir leyendo