De un portaaviones al Carrefour de Jerez, las salidas más originales de la Vuelta a España

De un portaaviones al Carrefour de Jerez, las salidas más originales de la Vuelta a España

Jerez de la Frontera ya estaba en la historia de la Vuelta desde que en 1986 Álvaro Pino ganara en esa localidad la última etapa de la carrera, una contrarreloj, que confirmaba su victoria final en la general cuando el maillot de líder todavía era amarillo y Javier Mínguez era el director del Zor. Ahora Jerez suma un nuevo argumento para ser recordada en la historia de la carrera española. Por primera vez una etapa ha salido desde el interior de un supermercado. Delante de la línea de cajas del Carrefour de Jerez sur, la cadena es la patrocinadora principal de la Vuelta, formaban los ciclistas preparados para comenzar el recorrido que debía llevarlos hasta Yunquera.

Es una de las salidas más originales de la Vuelta en los últimos años, quizá en pugna con la que se hizo desde un portaaviones en la misma provincia, esta vez en Cádiz capital. Era 2014 y el portaaviones era el Juan Carlos I.

Estas son sólo dos de las salidas más curiosas que ha vivido la Vuelta a España, que desde que Javier Guillén asumió el cargo de director general de la carrera y de Unipublic ha apostado por el espectáculo y por la originalidad.

En 2010 se disputó la primera contrarreloj nocturna por las calles de Sevilla. Algo que después ha imitado el Tour, ya sea contra el crono o con etapas en línea.

En 2012 la carrera comenzó en Pamplona, pero la originalidad de la primera etapa estaba en la llegada, no en la salida. La contrarreloj por equipos que comenzaba en la plaza del Castillo de la capital navarra finalizó en la plaza toros. Los corredores hicieron el mismo recorrido que los encierros de San Fermín en el tramo final de la etapa.

La Vuelta busca unir la carrera con el entorno. Y así lo ha hecho especialmente en la primera etapa en varias ediciones. En 2013 los corredores comenzaban su participación desde una batea en la costa de Vilagarcía de Arosa. En 2019 fueron las salinas de Torrevieja las que sirvieron de escenario a la salida de la Vuelta.

Esa mimetización con el entorno la ha buscado incluso cuando la Vuelta ha comenzado fuera de España. En 2017 dio comienzo desde la arena de Nimes, en Francia.

La salida de 2015 desde el paseo marítimo de Puerto Banús recubierto de albero acabó resultando fallida porque a los ciclistas no les convencía, les parecía peligrosa, y aunque la contrarreloj inicial se disputó de la manera prevista, los tiempos no sirvieron para la clasificación.

Un estadio de fútbol, San Mamés, también ha servido de escenario inicial para una etapa. Pero ningún entorno tan monumental como la catedral de Burgos, donde estaba colocada la rampa de salida de la contrarreloj que daba comienzo a la carrera.

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