Dedicado a Claudia Sheinbaum en su toma de posesión

Dedicado a Claudia Sheinbaum en su toma de posesión

En septiembre de este año visité, una vez más y siempre hay algo que me sorprende, la Alhambra de Granada. En la visita guiada coincidimos con un matrimonio mexicano y descubrimos que compartimos un interés común por la Historia, en particular la de España y la de América.

Comentamos varias cosas y le destaqué la falta de información histórica basada en hechos y en un relato justo y documentado que adolecía la presidencia de la República Mexicana. Para mi sorpresa coincidieron plenamente conmigo y llegaron mas allá, me pidieron disculpas por los exabruptos de su presidente, que lamentablemente continúan al parecer con la actual presidenta electa de México.

Relato justo y documentado históricamente y no basado en lo que uno cree o en el apego a una determinada ideología que basa sus planteamientos a sus seguidores en trasladar todos los males de su país nada menos que dos siglos atrás o según parece incluso cinco siglos en el tiempo.

La presidenta electa de México tiene ascendiente sefardí por parte de madre y el recuerdo de Sefarat (España) para ellos se mantienen vivo en sus tradiciones. El padre de Claudia Sheinbaum es asquenazi de origen lituano que llegó a México en los años 20 del siglo pasado y la madre, como digo, sefardí de origen búlgaro.

Indico los antecedentes porque es destacable que no pertenecen a familias criollas que hicieron la revolución mexicana contra España, ni a familias nativas del México antiguo, ni a inmigrantes de países vecinos o de España. Han sido educados, siendo originarios de Europa del Este, en el odio a España y en una imagen distorsionada de la época del Virreinato español de la Nueva España, el más grande, próspero y bien dirigido que respetó los derechos, vidas y haciendas de los nativos mexicanos, cosa que los revolucionarios cambiaron totalmente haciéndoles pagar, con creces y sangre, el haber apoyado a las tropas españolas.

Como es conocido y desarrollado en tesis doctorales, la capital del virreinato de la Nueva España fue la ciudad más rica y próspera de la época, no solo en América sino también en Europa. Estados Unidos de Norteamérica necesitó siglos para tener una ciudad similar. La razón es clara. México era el punto de control del Camino Real español que traía las mercaderías, comercio y especias desde Acapulco, donde habían sido descargadas por los Galeones de Manila y las llevaba al puerto de Veracruz y de allí por mar a Sevilla.

España unió, a través de México, a tres continentes, Asia, América y Europa realizando la primera globalización y uniendo China, a través de Filipinas, con Europa y situando a México en la Historia. En esa hazaña, que si cualquier otro país la hubiera realizado habría películas sin límite, el Virreinato de la Nueva España tenía especial protagonismo y México con él.

No quiero destacar aquí las innumerables aportaciones de España al patrimonio material e inmaterial de la Humanidad en México reconocido por la UNESCO, ni la simpatía que une a muchos mexicanos, con los españoles.

Solamente permítanme destacar un aspecto de lo más curioso, y para algunos, controvertido. En la fachada principal del Palacio Real de Madrid, el más grande de Europa, la de la plaza de la Armería, se pueden observar a la altura del piso principal dos estatuas de tamaño natural. Solamente dos. Descubrirán que una de ellas es de Moctezuma y la otra de Atahualpa, los emperadores de los aztecas e incas anteriores a los virreyes españoles. No creo que haya en palacio alguno europeo nada similar, nada menos que un homenaje de la Corona española a aquellos emperadores americanos. Hay que recordar aquí, que, en el lecho de muerte de Moctezuma, causada por los suyos en una revuelta, le encargó a su leal amigo Hernán Cortés, «cuida de mis hijos». Y lo hizo, uno de ellos fundó la Guardia Civil en España.

Permítanme terminar diciendo que no podía esperar otra cosa de la presidenta Sheinbaum, su padre militó en el partido comunista de México y la familia se educó en la ideología de izquierdas. No me preocupa que tenga la ideología que le parezca oportuno, lo que no entiendo es como el comunismo y socialismo mexicanos siempre se han cebado manipulando la época virreinal. No es de extrañar, sus correligionarios españoles les acompañan en la misma senda.

No comprendo cómo una licenciada en Física, doctora en ingeniería energética, investigadora titular del Instituto de Ingeniería de la Autónoma de México y con un brillante currículum académico se deja embaucar por la ideología en estos temas, hasta tal extremo de no invitar al Rey de España a su toma de posesión.

Luis Feliu Bernárdez. General de brigada retirado. Academia española de las Ciencias y las Artes Militares.

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