Del caldo tradicional a la salsa ‘teriyaki’, los caracoles están de moda

Del caldo tradicional a la salsa ‘teriyaki’, los caracoles están de moda

Y si aún no los has probado / pruebe usted el gustoso caracol / que está mucho más rico que el caviar / y es un gran producto español. Así le cantaba la banda sevillana No me pises que llevo chanclas a un animal baboso y que apenas entra por los ojos. Y que requiere hasta un tenedor especial para comerlo, pero se convierte en vicio en un santiamén. Como las pipas, basta probar uno para que apetezca seguir hasta el infinito. Este pequeño molusco gasterópodo, que ya se servía en mesas de griegos y romanos, es uno de los atractivos más singulares de la gastronomía nacional, donde su consumo tiene acento andaluz. “Hay caracoles”, se lee en las pizarras de numerosas tabernas de Sevilla y Córdoba, aunque también en Jaén, Cádiz o Málaga. Más allá de Despeñaperros las cocinas de Cataluña, País Vasco, Zaragoza o Murcia miman al caracol, ahora de temporada. Es momento de hacer caso a los chanclas: toca probarlo.

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