Descubre cómo hablan los jóvenes asturianos sin dar “cringe”

Descubre cómo hablan los jóvenes asturianos sin dar “cringe”

El lenguaje es un ente dinámico que evoluciona constantemente, y las nuevas generaciones siempre han tenido su propia forma de comunicarse, llena de jerga y expresiones particulares. Para quienes no están al día con estas nuevas tendencias, entender a los jóvenes puede parecer una tarea titánica. Sin embargo, existen patrones claros en la creación de nuevas palabras y expresiones que pueden ayudar a comprender mejor a la juventud actual, evitando así dar «cringe» —o vergüenza ajena— en el proceso.

El cambio constante del lenguaje juvenil

La creencia de que los jóvenes hablan peor que las generaciones anteriores es un mito que ha existido desde tiempos inmemoriales. Emilio Fernández, profesor del departamento de Filología Española de la Universidad de Oviedo, explica que esta percepción se remonta a la antigua Grecia: “En la antigua Grecia ya se comentaba que qué iba a ser de las generaciones futuras que hablaban tan mal”. Según Fernández, la jerga juvenil no es un signo de deterioro del lenguaje, sino una adaptación a contextos y temas específicos, característica que ha perdurado a lo largo del tiempo.

La influencia de la globalización en el idioma

Uno de los factores clave en la evolución del lenguaje juvenil es la globalización. Hoy en día, las expresiones y palabras utilizadas por los jóvenes en diferentes regiones de España y otros países europeos son cada vez más similares, principalmente debido a la influencia de los anglicismos. “En las nuevas palabras y expresiones existe mucho anglicismo, por lo que cada vez los jóvenes hablan más parecido”, señala Fernández. A pesar de esta tendencia hacia la homogeneidad, todavía existen componentes locales que mantienen cierta diversidad en el lenguaje juvenil.

El lenguaje de los jóvenes se renueva constantemente, especialmente entre los 18 y 20 años. Esta constante evolución puede resultar en una desconexión generacional, donde aquellos mayores de 25 años empiezan a no comprender algunas de las palabras y expresiones utilizadas por los más jóvenes. «El motor de la creación está en los 18 años, más o menos, por lo que es a esas edades donde se renueva constantemente. Es un proceso gradual y uno cada vez se percibe menos a la moda», explica Fernández.

Patrones en la creación de nuevas palabras

Anglicismos

Uno de los patrones más comunes en la creación de nuevas palabras es el uso de anglicismos. Estas palabras se adoptan del inglés y se modifican ligeramente para adaptarlas al contexto juvenil. Por ejemplo, el término «vibes» se ha castellanizado como «vibras» para expresar buenas o malas sensaciones.

Anglicismos inversos

Otra tendencia es el anglicismo inverso, donde una palabra que ha sido adoptada del inglés se vuelve a usar en su forma castellanizada. Este proceso refleja un intento de hacer que las palabras extranjeras sean más comprensibles y aceptables dentro del idioma español.

Modificación de expresiones existentes

También es común modificar palabras o expresiones que ya existen en castellano para darles un nuevo significado. Un ejemplo de esto es la palabra “literal”, que en el lenguaje juvenil se utiliza para enfatizar la veracidad o intensidad de una afirmación, más allá de su sentido original.

Influencia de fenómenos culturales

Los fenómenos culturales y las redes sociales juegan un papel crucial en la propagación de nuevas palabras y expresiones. Las tendencias virales y los referentes culturales tienen un impacto significativo en cómo se moldea el lenguaje juvenil. «Hoy en día es cierto que se puede pegar mucho más que nunca el lenguaje de los referentes», destaca Fernández.

La adaptación a las nuevas tendencias

Para evitar dar “cringe” al intentar hablar como los jóvenes, es importante entender que el lenguaje juvenil es un reflejo de su entorno y cultura. Mantenerse al día con las tendencias y ser consciente de los patrones en la creación de nuevas palabras puede ayudar a comprender mejor a las nuevas generaciones sin parecer fuera de lugar. La clave está en reconocer que el lenguaje es una herramienta flexible y en constante evolución, donde cada generación aporta su propia creatividad e ingenio.

En resumen, aunque el lenguaje juvenil puede parecer confuso y cambiante, sigue patrones predecibles influenciados por la globalización, los anglicismos y los fenómenos culturales. Al comprender estos patrones, podemos acercarnos a las nuevas generaciones con mayor empatía y sin dar “cringe” en el intento.