La Guardia Civil de Cantabria ha arrestado a un hombre de 33 años, residente en Torrelavega, como presunto responsable de una decena de delitos contra el patrimonio y la seguridad vial. Entre los delitos se incluyen robos de vehículos y en establecimientos de hostelería, los cuales se cometieron durante los meses de mayo y julio en diversos municipios de Cantabria, así como en Asturias.
En total, gracias a esta investigación llevada a cabo por la Benemérita, se han esclarecido cinco robos con fuerza en establecimientos hosteleros, tres robos de vehículos y un hurto de placas de matrícula. Todos estos delitos se dieron en Reocín, Puente San Miguel, Virgen de la Peña, Unquera, Corrales de Buelna, Santa María de Cayón y Cangas de Onís.
Más allá de esto, los agentes también consideran a este hombre como presunto autor de un delito contra la seguridad vial, al tener en cuenta que en el momento de su detención estaba conduciendo un vehículo robado y tenía su permiso de conducción sin puntos. Además, tenía órdenes de arresto vigentes emitidas por juzgados de Torrelavega y Santander.
Este vecino de Torrelavega fue detenido el pasado 18 de julio, tal y como ha informado la Guardia Civil este mismo jueves. Ocurrió después de que una patrulla de seguridad ciudadana lo identificó mientras conducía una furgoneta, reconociéndolo por su “amplio historial delictivo” y por tener una orden de detención pendiente.
Pocos minutos después, el mencionado vehículo fue interceptado por dos patrullas, que confirmaron la identidad del sospechoso y comprobaron que estaba conduciendo a pesar de haber perdido todos los puntos del carné. La furgoneta que llevaba había sido robada en Santa María de Cayón la noche anterior. Después de ser detenido, los agentes descubrieron además que esa misma mañana el implicado había estacionado en Guarnizo un coche robado en Cangas de Onís.
Modus Operandi
La Guardia Civil prosiguió con las investigaciones, puesto que el detenido era el supuesto responsable de múltiples delitos, principalmente robos con fuerza en establecimientos hosteleros cometidos en mayo en la región cántabra.
Al parecer, el sospechoso disponía de un modus operandi, por lo que siempre empleaba la misma forma de actuar: rompía una ventana con un objeto contundente, sustraía la caja registradora y posteriormente la forzaba. Además, se apropió presuntamente de una tarjeta de crédito de un vehículo robado en Corrales de Buelna, la cual utilizó para retirar 1.000 euros de un cajero.
