Discutir delante de los hijos no siempre es un mal ejemplo

Discutir delante de los hijos no siempre es un mal ejemplo

Los padres son el modelo de los hijos para saber cómo dialogar con otras personas a la hora de exponer puntos de vista diferentes. En la dinámica de la convivencia familiar es normal que se generan discusiones entre los progenitores, pero una cosa es que ocurran de forma esporádica, debido a que se tienen diferentes opiniones, y otra que se produzcan de manera habitual, con faltas de respeto y en un ambiente de crispación. En el primer caso, los hijos lo perciben como una dinámica normal de convivencia. “Les ayuda a gestionar diferentes opiniones y a solucionar conflictos a través del diálogo, lo cual no resulta negativo. Si sucede constantemente, en cambio, les generaría inseguridad”, advierte Belén Robles, socia fundadora del centro de psicología e inteligencia emocional Escuela Afectiva, situado en Madrid.

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