Dorados

Dorados

Don Quijote se escapa de sus libros, sale a la calle, entra donde no le esperan y se pone a hablar de sus cosas, que siguen siendo las nuestras. Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío. Muy famoso se hizo el discurso que el Caballero de la Mancha les colocó a los cabreros. Llovía sobre mojado cuando Gil de Biedma, en su poema Años triunfales, definió a la España franquista como un intratable pueblo de cabreros.

Seguir leyendo