Al doctor Gregorio Marañón le preguntaron una vez que cuál creía que era la innovación tecnológica más importante de la Medicina, «y él respondió que la silla, esa silla que te permite observar al paciente de cerca, conocerle y entenderle. Y yo estoy muy de acuerdo en eso», aseguró con rotundidad el doctor Álvaro Pascual-Leone, líder mundial en neurotecnología y plasticidad cerebral, durante la celebración, el pasado martes en Madrid, de la II edición del Foro Tecnología, Salud y Sociedad, impulsado por la Fundación Ortega-Marañón y la Fundación Tecnología y Salud (Fenin). «La medicina del doctor Marañón nos enseñó que hay que centrarse en el enfermo y no en la enfermedad», insistió Pascual-Leone al inicio de la lección magistral que protagonizó el encuentro, centrado en el potencial de la neurotecnología como herramienta que permite entender mejor el funcionamiento del cerebro gracias al empleo de las nuevas tecnologías.
De crisis a oportunidad
«El terrible problema de las enfermedades neurológicas y psiquiátricas ya cuestan más del 15% del PIB mundial. Eso es realmente una crisis, pero también una oportunidad. Pero esa oportunidad requiere, entre otras cuestiones, la adopción apropiada de la neurotecnología y la integración de la última tecnología sanitaria, todo ello sin dejar de lado la humanidad de la Medicina de la que hablaba Marañón. La suma de todo ello será el camino para cambiar la sociedad y reorientar lo que se hace actualmente, que no está funcionando», aseguró el doctor Pascual-Leone, catedrático de Neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, quien lamentó que «no hacemos chequeos de nuestro cerebro, a pesar de que la salud cerebral determina el 60% de la salud general de los individuos. Nos miran el corazón, el colesterol, la circulación… pero no se analiza el cerebro de forma preventiva, a pesar de que tenemos la oportunidad de hacerlo gracias a la tecnología sanitaria. Esa tecnología es la que nos permitirá conocer más sobre la función del cerebro, ayudando a los pacientes e incluso curándolos», concluyó en su ponencia.
El debate posterior a la intervención del doctor Pascual-Leone contó con la participación de Ana Pastor, exministra de Sanidad, miembro del Patronato de la Fundación Ortega-Marañón y presidenta de AMA, quien reconoció que «la neurotecnología está transformando ya el modelo sanitario, aunque implica riesgos que tienen que ver con la equidad y el acceso». En este sentido, la psiquiatra María Inés López-Ibor recordó la importancia de que «el trabajo debe ser multidisciplinar. Las técnicas de neuroimagen permitieron detectar alteraciones en circuitos cerebrales y ahora vemos que patologías mentales son enfermedades cerebrales».
