Ekiben: comer bien en un tren por ocho euros es posible

Ekiben: comer bien en un tren por ocho euros es posible

La búsqueda incesante de la eficiencia y la funcionalidad ha transformado nuestro mundo: hemos optimizado y replicado procesos, eliminado detalles que dábamos por superfluos, maximizando así resultados. Sin embargo, en esta evolución que llamamos progreso, algo se ha perdido: la autenticidad. Un ejemplo de esta funcionalidad es la cafetería de un vagón del AVE. En este espacio, la funcionalidad lo ampara todo. En lo que antes se llamaba vagón restaurante, había mesas y sillas. Al entrar, te inundaba el olor a tortilla de patatas, embutidos de pueblo y se producía, salvando las distancias, lo más parecido a una sobremesa. Incluso los señoros campaban a sus anchas, fumándose puros.

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