El absurdo motivo por el que EEUU no podrá analizar las muestras que China trajo de la Luna

El absurdo motivo por el que EEUU no podrá analizar las muestras que China trajo de la Luna

La Luna tarda en girar sobre su
eje el mismo tiempo que le toma orbitar nuestro planeta, eso hace que siempre
veamos la misma “cara” de nuestro satélite. Su “rostro
oculto”,
extremadamente rocosa, lleno de cráteres del otro lado, jamás ha
sido explorado, lo que lo convierte en un entorno extremadamente
desafiante
para los científicos. Pero una oportunidad se ha abierto para
ello y ahora todos los científicos del planeta tendrán la posibilidad de
estudiar las muestras que trajo una misión china. Todos menos uno: Estados
Unidos. Y el motivo no podía ser más absurdo.

La misión Chang’e 6 fue lanzada
el 3 de mayo de 2024 por China con el objetivo de traer a la Tierra las
primeras muestras de la cara oculta de la Luna. Fue una misión exitosa: alunizó
el 1 de junio y regresó la semana pasada. Los funcionarios chinos revelaron que
el rover Chang’e 6 regresó con “apenas” dos kilogramos de muestras, una bicoca
si lo comparamos con los más de 12 kilos que trajo la misión Apolo 16 de la
NASA, pero su procedencia es, en este caso, más importante que su cantidad.

La misión tiene entusiasmada a la
comunidad científica internacional: la cara oculta de la Luna, es un misterio,
y hasta ahora solo China ha aterrizado en su superficie. Por un lado, las
muestras podrían arrojar luz sobre el tipo de recursos locales que podrían
utilizar los futuros exploradores espaciales, incluido el hielo de agua. Y China
no tiene problema que todo el mundo participe del hallazgo.

“China da la bienvenida a los
científicos de todos los países para que presenten sus solicitudes de acuerdo
con los procesos y compartan los beneficios”, señaló el director de
cooperación internacional de la Administración Nacional del Espacio de China,
Liu Yunfeng, en una
conferencia de prensa
.

Pero hay una nación a la que se
le prohibirá estudiar minuciosamente las muestras extremadamente raras: Estados
Unidos. Esto se debe a que Estados Unidos promulgó una ley llamada Enmienda
Wolf en 2011, que impide a la NASA utilizar fondos gubernamentales para
cooperar directamente con China.

La controvertida ley se ha
convertido en un tema candente, y su posible derogación se ha transformado en una
lucha política, lanzado entre facciones duras ansiosas por presentar a China
como un adversario emergente en el espacio y defensores menos combativos que
desean aprovechar el meteórico ascenso del país en el espacio.

“La fuente del obstáculo en la
cooperación aeroespacial entre Estados Unidos y China todavía está en la
Enmienda Wolf – añadió en la conferencia el vicepresidente de la Administración
Nacional del Espacio de China, Bian Zhigang -. Si Estados Unidos realmente
quiere comenzar una cooperación aeroespacial regular, creo que deberían tomar
las medidas apropiadas para eliminar el obstáculo”.

La Enmienda Wolf, que lleva el
nombre del ex representante estadounidense Frank Wolf, prohíbe a la NASA
utilizar fondos gubernamentales para cooperar con el gobierno chino, a menos
que tenga una certificación del FBI de que dicha colaboración no representa
amenazas a la seguridad nacional o corre el riesgo de filtrar inadvertidamente
tecnología o información relacionada con el espacio.

Fue diseñado para presionar a
China para que mejore su historial de derechos humanos, cambios deseados que,
según los expertos, no se han materializado en los últimos 13 años. En cambio,
China ha logrado avances considerables: su agencia espacial envió múltiples
vehículos exploradores a la superficie lunar durante ese tiempo y lanzó su
propia estación espacial en menos de dos años.

Afortunadamente, todavía existe
una pequeña posibilidad de que la NASA pueda ayudar a China a estudiar sus
muestras de la cara oculta de la Luna. En un raro caso de cooperación entre
Estados Unidos y China el año pasado, la NASA instó a los científicos a
postularse para estudiar muestras devueltas por la misión Chang’e 5 del país a
la cara cercana de la Luna en 2020.
En aquel momento, la NASA anunció
que había proporcionado las certificaciones necesarias al Congreso para
demostrar que no había riesgo de transferir tecnología o datos a China.

China se encuentra actualmente en
una fuerte posición negociadora. Con casi media docena de viajes exitosos a la
superficie lunar en los últimos años, ha superado considerablemente los
esfuerzos de la NASA. El último viaje de la agencia estadounidense a la
superficie de la Luna fue hace más de medio siglo, y todavía le queda un largo
camino por recorrer para cambiar eso.