La ideología de centro derecha domina el Congreso de los Diputados. Sin embargo, en España gobierna un Frente Popular formado por sanchistas, comunistas y extrema izquierda. Son 184 los diputados de centro derecha, una holgada mayoría absoluta. Pero, como una cuestión de hecho, la alianza de investidura para sentar en la silla curul de Moncloa a Pedro Sánchez se elevó hasta los 178 escaños.
Fue el inteligente Pablo Iglesias quien advirtió la dificultad casi insalvable para el Partido Popular de alzarse con el Gobierno de la nación si las derechas vasca y catalana apoyaban la solución sanchista. Entre el PNV y Junts suman doce diputados de centro derecha, que dan preferencia a la independencia, antes que a la defensa de su ideología liberal conservadora.
Con extraordinaria habilidad política y un cinismo inacabable, Pedro Sánchez ofreció al PNV y a Junts las condiciones que les proponía para olisquear la zanahoria secesionista. Y, efectivamente, tanto en la legislatura anterior como en la presente, los diputados de ambas formaciones han hecho el juego sanchista a cambio de que se encaramaran los diputados de Junts y PNV en la escalera de la independencia.
Las concesiones fueron tan descarnadas y soeces que el crédito de Pedro Sánchez resultó duramente vapuleado por la opinión pública. A Junts le ha otorgado una ley de Amnistía, redactada por los delincuentes que pretendían resultar amnistiados. Se trata de una ley claramente anticonstitucional, pero que muy probablemente el Tribunal Constitucional amparará. La maniobra chirría y ha provocado la reacción del Tribunal Supremo, siempre por encima de los despropósitos y los dislates. Además, el presidente sanchista ha condonado deudas, otorgado incontables ayudas económicas y aceptado además una fiscalidad confederal, que acentúa las opciones separatistas. Al PNV, por otra parte, Pedro Sánchez le ha facilitado permanecer en el Ejecutivo vasco, aparte de enmascaradas ayudas económicas.
Total, los doce diputados de los partidos secesionistas de centro derecha del País Vasco y de Cataluña le han permitido al dirigente socialista permanecer en el poder. PNV y, sobre todo, Junts se preparan ahora para exprimir al sanchismo, incluso con un referéndum no vinculante. Los sanchistas, que pertenecen a la familia de los óvidos, que son gente mansurrona y lanar, aceptaron las exigencias secesionistas para asegurarse de que el pueblo español mantenga el placer imperial de contemplar al César Pedro Sánchez en el palacio de la Moncloa.
