Yernes y Tameza es el concejo con menos habitantes de Asturias y no deja de resultar un tanto paradójico ya que, en realidad, este municipio no dista muchos kilómetros de la capital asturiana. Solo cincuenta kilómetros separan a Oviedo de este concejo ubicado en la zona alta del río Cubia. Sin embargo, casi nadie vive en Yernes y Tameza, concretamente y según los datos del Instituto Nacional de Estadística del año pasado: 133 personas.
Quizás sea por el mismo motivo, porque en Yernes y Tameza lo que predomina es el paisaje, la naturaleza y la Asturias más virgen y sin explotar, por el que la Fundación Vital decidió instalarse allí, para ofrecer una serie de experiencias de plena desconexión y de contacto con la naturaleza. Se trata de una organización altruista, humilde y privada, surgida de una comunidad escolar con la intención de incentivar actividades educativas, culturales o científicas, relacionadas con la educación en la naturaleza, las energías renovables, el agua y el medio ambiente.
Si alguien quiere tener una experiencia completamente inmersiva y meterse en la Asturias de verdad, ahí está Yernes y Tameza con su aula vital, que ofrece un amplio abanico de experiencias y todas ellas diseñada para que las personas que acudan a este aula se olviden de la tecnología, para conectar con la naturaleza, la tierra, el cielo, el silencio y el sonido de los animales que habitan en los montes asturianos.
El aula vital, que es el centro neurálgico que gestiona la Fundación Vital, está ubicada en un refugio de montaña situado a mil metros de altitud en la zona de la Collada del Puerto en la sierra del concejo de Yernes y Tameza. Se trata de un centro educativo diferente y al que puede acudir quien quiera y que, a través de experiencias de contacto, permite siempre generar un aprendizaje. Aunque son muchísimos los escolares que han pasado por el Aula Vital, la experiencia también la disfrutan turistas o cualquier persona que tenga interés por poder conectar con la naturaleza de una forma distinta. El “Aula Vital” está abastecido por energías renovables y cuenta con tres programas para escolares.
Es precisamente en otoño cuando los gestores de este equipamiento recomiendan acudir a disfrutar de la experiencia, ya que las condiciones climatológicas propias de esta estación suelen despejar de niebla la zona en la que se encuentra instalada el Aula Vital. Este proyecto, que nació en los años noventa, cuando un grupo de profesores del colegio Virgen del Fresno de Grado decidieron montar una casa autosuficiente en medio de una monta de Yernes y Tameza, ha ido ganando músculo con los años, hasta convertirse en un referente educativo y de contacto con la naturaleza. Desde su apertura más de 25.000 escolares de toda Europa han disfrutado de una experiencia diferente en el aula vital en pleno corazón de Asturias.
Apostando siempre por una educación sostenible, el Aula Vital dispone desde noviembre del año pasado de un punto de recarga gratuito de bicis eléctricas.
