Wimbledon, la Eurocopa, los Juegos Olímpicos… estamos teniendo un verano repleto de competiciones deportivas de máximo nivel. Al ver a todos los deportistas de élite que participan en ellas, damos por supuesto que reciben el mejor asesoramiento médico y nutricional, aspectos imprescindibles para conseguir los mejores resultados. Sin embargo, con el fichaje del nuevo entrenador del FC Barcelona, Hansi Flick, nos hemos percatado de que en la mayoría de los equipos no se tenía en cuenta algo fundamental: la salud bucodental de los jugadores. Tal es así, que muchos medios han considerado noticiable el hecho de que el técnico alemán haya exigido incluir en las pruebas médicas informes odontológicos de toda la plantilla.
Además, este año, y por primera vez en unas olimpiadas, el COI ha creado un Departamento de Salud Bucal para ofrecer a todos los atletas una atención bucodental personalizada, incluyendo tratamientos de urgencia.
Como presidente del Consejo General de Dentistas, puedo afirmar que tanto Hansi Flick como el COI deberían ser un ejemplo para todos los que practican deporte, tanto de forma amateur, como profesional. La salud oral, como componente esencial de la salud general, tiene un impacto directo en el rendimiento deportivo. Problemas bacterianos como la caries y la enfermedad periodontal pueden desencadenar afecciones cardiovasculares, inflamaciones y lesiones musculares.
Además, cuestiones funcionales como la maloclusión y las alteraciones en la articulación temporomandibular repercuten negativamente en la potencia muscular, generan problemas musculares y alteran el apoyo plantar, aumentando así el riesgo de lesiones y disminuyendo el rendimiento deportivo.
Un aspecto crucial para considerar son los traumatismos dentales, ya que entre el 13 y el 39% de ellos están relacionados con la práctica deportiva. Entre los más comunes se encuentran las laceraciones de tejidos blandos, contusiones, fracturas coronarias y radiculares, avulsiones, fracturas dentoalveolares y luxaciones mandibulares. Por esta razón, es fundamental el uso de medidas preventivas como cascos, protectores bucales y otros equipos de protección, que ayudan a reducir el impacto y las lesiones en los deportistas. Las técnicas actuales han avanzado significativamente, haciendo que los protectores sean más fáciles de usar, cómodos y seguros.
Debo insistir en la importancia de que estos dispositivos sanitarios sean personalizados y fabricados a medida, pues bastantes deportistas, por falta de información, los adquieren en establecimientos ordinarios o plataformas de venta on line y se toman ellos mismos las impresiones en sus domicilios.
A pesar de que lo vendan como algo sencillo, es una labor que únicamente debe realizar el dentista, pues se requiere una formación adecuada para ello, además de que empleará los materiales que mejor se adapten a las circunstancias del paciente.
[[QUOTE:PULL|||El deporte está vinculado con el 39% de los traumatismos dentales]]
Y es que, en el mundo del deporte, cada detalle cuenta. Por eso, el Consejo General de Dentistas y la Fundación Dental Española (FDE), con la colaboración de la Sociedad Española de Odontología del Deporte (SEOD), lanzamos en junio la campaña «Salud oral y deporte», en la que contamos con el tenista Feliciano López y la taekwondista olímpica Adriana Cerezo como ejemplos de deportistas de élite que están concienciados con la importancia del cuidado bucodental. Y con motivo de su participación en los Juegos Olímpicos, la FDE junto con la SEOD le realizó a Adriana y a seis jugadores internacionales (tres chicos y tres chicas) de la Selección Española de Hockey un protector bucal a medida.
Esta personalización de los protectores bucales habría sido impensable hace unos años, pero la Odontología Deportiva es un área emergente que avanza a pasos agigantados. Es cierto que, hasta hace poco, la Odontología Deportiva se había centrado básicamente en los traumatismos orofaciales. Sin embargo, cada vez hay más estudios científicos que muestran cómo el entrenamiento físico y la competición, sobre todo, en niveles profesionales, pueden aumentar significativamente el riesgo para la salud bucodental de los deportistas. Asimismo, es evidente el impacto negativo que tiene una mala salud bucodental en el bienestar y el rendimiento deportivo.
En este sentido, los riesgos para la salud bucodental de los deportistas pueden y deben paliarse, por lo que el papel del dentista deportivo debe seguir evolucionando para hacer frente a estos nuevos desafíos. Para ello, es importante contar con una red de dentistas formados en esta área de la Odontología, tanto para garantizar que el asesoramiento y el tratamiento adecuados estén basados en pruebas científicas, como para seguir investigando y optimizar aún más la salud bucodental de los deportistas.
Poco a poco, los dentistas nos estamos convirtiendo en parte integrante de los equipos médicos de los clubs deportivos y federaciones, permitiendo así una atención integral del deportista, contribuyendo a la mejora del rendimiento y la recuperación, y asegurando que los atletas puedan competir al más alto nivel con la mejor salud posible. Porque un enfoque integral y multidisciplinar es esencial para el futuro del deporte.
