El diario de Amilibia: Irene Montero, Virgen Morada

El diario de Amilibia: Irene Montero, Virgen Morada

No se puede decir nunca de esta agua (bendita) no beberé ni este cura no es mi padre. Leo: «Podemos reza a Irene Montero en su campaña más personalista e ideológica». O sea, que se han pasado el mes de mayo cantando «venid y vamos todos/ con flores a María/ con flores a María/ que madre nuestra es». En vez de María pongan Irene, y ya está: al fin han encontrado a su virgen, una virgen con tres hijos, pero qué le vamos a hacer, nadie es perfecto. Además, en sus nuevos modos, parece que los podemitas están más cerca de la familia numerosa que de la LGTBIQ+. Cuando su equipo vio el cartel electoral, con el primer plano de esa Irene celestial, casi levitando y con una aureola luminosa alrededor de su cabecita, cuentan, eso leo, que exclamaron a coro: «¡Pero mirad qué guapa! Si parece la Virgen María».

La necesidad de votos produce milagros: ya hasta rezan. Leo: «Irene mezcla una estrategia que pide el voto desde las entrañas con una cercanía sin tabúes». Pide el voto, cuentan los suyos, «desde las convicciones íntimas». Intimas, sí. Por aquello de hacer una campaña muy cercana, rozándose con el personal, en modo toqueteo que antes pertenecía en exclusiva a la Yoli, la mística Montero ha contado desde sus entrañas, sin necesidad de que le pregunte Broncano, que el sitio más extraño donde ha tenido sexo fue en un parque. No aclaró si fue entre rosales cuajados de capullos o apoyada en una platanera. El plátano es su fruta preferida: sabe pelarlo con la boca, como demostró en un cómico vídeo. Aunque parece una virgen que se pone morada, dejó sin contestar en las redes la pregunta «qué es lo más raro que te han hecho en la cama».

¿Sería Pablo Iglesias leyéndole El Capital?