Está encantado el presi con que Milei llame zurdos a las izquierdas. Ha dicho en un mitin: «Con esta mano izquierda (la suya, claro) hemos construido el Estado de Bienestar, y con esta mano y con mucha mano izquierda hemos conseguido 140.000 millones de euros para reindustrializar nuestra economía, para crecer y crear empleo. Con esta mano estamos luchando por un mundo en paz en Ucrania y Palestina». Ah, lo que un zurdo puede hacer con su mano izquierda. Un zurdo divino. Un zurdo apolíneo que sin duda ya se ha hecho (era su sueño) con la mano incorrupta de Santa Teresa que tenía Franco en su dormitorio: creía que le daba buena suerte. Un zurdo que nunca explicará el truco de prestidigitador por el que gran parte de los millones de la Unión Europea no se sabe adónde han ido a parar.
Los analistas de la cosa se hacen preguntas: Si todo lo hace con la zurda, ¿podría decirse que su onanismo político empieza a ser marxista? ¿Los 140.000 millones se reparten a manos zurdas llenas? ¿La zurda no hace nada bajo mano? ¿Teme que a la Bego la pillen con las manos zurdas en la masa? ¿Con Puchi hace o ha hecho manitas con la zurda o con la diestra? ¿Sólo pone su zurda mano en el fuego por Él mismo? ¿Teme que el hacha de aizkolari de Koldo García le corte algún dedito de su zurda? ¿La mano negra que ve en la ultraderecha se parece a su ultrazurda? ¿Le atizará un zurdazo a la Yoli por decir que España no va como un cohete?
Es la suya la izquierda divina, la «gauche divine» que decíamos en Bocaccio. Le ha robado la mano de Dios a Diego Maradona. Mientras, el personal no adicto se lleva las manos, también las zurdas, a la cabeza.
